Aunque cree firmemente en lo artesano, en lo local, no hay fronteras en la cocina de Marco Carboni que se apoya en unos muy bien escogidos compañeros de viaje, muchos con sede en la capital como los panes de Cientotreinta Grados, los quesos de Formaje o el café del tostador Hola Coffee. Con el éxito y know how acumulado en sus restaurantes en México, ahora quiere conquistar Europa y su primera parada es el barrio de Salamanca y lo hace con este espacio de horario ininterrumpido desde el desayuno a las cenas.
El chef italiano apuesta por los platos al centro de la mesa en esta "modern eatery" donde tan pronto compartes una pizza como un ceviche o un arroz o te tomas un buen cóctel (Negroni Amara, Orange Spritz... clásicos revisitados) o una copa de un vino con el sello orgánico o con la mínima intervención de su productor. Tú veras si compartes el pastel de pistacho a los postres o no. Cocina dinámica, comensal joven. Todo el equipo se mueve en una sala marcada por el mármol rosado y la madera, aire entre lo mediterráneo y lo nórdico, obra de Plantea estudio (responsables de la atractiva Sala Equis), entre muros desnudos y piezas de cerámica made in Madrid, yendo del horno de leña a la sala o esa gran mesa para 8 comensales.
