Un granadino y un madrileño, Carlos Arias y Javier Alfonso, amigos, jóvenes (no pasan de los 25 años) y carnívoros irredentos. Son los artífices de Junk Burger, la enseña que elaboró la mejor hamburguesa de España en el último campeonato nacional de 2022. Su especialidad son las smash burger que se diferencian de las clásicas porque usan una técnica donde se aplastan las bolas de carne picada o pattys sobre la plancha caliente. De este modo, “se forma una costra, se carameliza y quedan crujientes”, revela Carlos. El artefacto que encandiló al jurado es una doble smashed burger de rubia gallega madurada 45 días con bacon ahumado, salsa secreta y pan brioche con semillas.
En Junk Burger huyen del escalafón gourmet, pero no de la calidad. Trajeron su fórmula de Estados Unidos, donde se conocieron, “porque nos encantó y era algo que no había en el mercado español”, comenta Arias. Se tiraron a la piscina, pero no lo tuvieron fácil. Abrieron un local en la calle José Abascal, a dos pasos del hervidero de Ponzano, y al mes llegó la pandemia, luego la Filomena, el Omicrón y los cierres sucesivos, sin embargo, no se rindieron, compraron un foodtruck amarillo, como el bus de Los Simpson, y ahí se pusieron a bolear burguer como locos. Y al final, premio.
En su local de dos plantas y de estética urbana y grafitera hay sitio para unos 50 comensales más otros 40 en la terraza. Aquí no se pide el punto de la carne ni siquiera patatas fritas (aunque en breve aseguran que las incorporarán). Aquí se viene a comer carne. La carta es breve, unas cinco smash burger, además de una tarta de queso para los golosos y cervezas, vinos, combinados y cócteles para beber. Recomiendan reservar a través de la web porque la tropa hamburguesera lo llena día y noche.