Bisutería artesanal para marcar estilo

Dicen que es una de las mejores ceramistas del panorama nacional, aunque empezó su carrera profesional como diseñadora gráfica. Quizá por eso sus piezas, elaboradas en barro esmaltado y con acabados en oro o plata, deambulan a caballo entre el arte y el diseño. Joyas hechas a mano por los artesanos de su taller de la calle Pelayo (tiene 'showroom' que suele abrir de vez en cuanto al público), que bien podrían estar expuestas en una vitrina. Delicadas sí, pero muy funcionales y prácticas para llevar en el día a día.

Como su propio nombre indica, las piezas de Rubén Morales son para comérselas. No en sentido literal, pero casi, porque sus colecciones están inspiradas en todo aquello que tenemos en nuestra nevera y nuestra despensa: desde latas de atún o de sardinas, a tostadas con mermelada y piezas de fruta. Con su colección más reciente ha dado un salto, pasando de la cocina al baño, y recreando desde rollos de papel higiénico a los tapones de la bañera. Originalidad en estado puro. No tiene tienda propia, pero es un habitual del Mercado de Motores.

Las piezas de Papiroga son de esas que no dejan indiferente: por exageradas, por llamativas, por coloristas. Pero sobre todo por el buen rollo que transmiten tanto a quien las lleva puestas como a quien las mira. Es evidente que no son para todos los públicos, pero sí para esas personas que se resisten a vestir igual que el resto. A pesar de su juventud (sus tres socios arrancaron el proyecto en 2011), en Japón son todo un boom, y en España comienzan por fin a serlo. Y, cómo no, Madrid es su punto de partida.

El interiorista y diseñador de cerámica Guille García Hoz, nacido en Talavera de la Reina -ciudad de la provincia de Toledo conocida por ser una de las cunas de la cerámica a nivel nacional- es el autor de estas esculturas creativas y de diseño para llevar colgadas del cuello. Todas están realizadas en porcelana e inspiradas en el mundo animal y la actualidad. Suyas son las cabezas de ciervo y la serie Lobowie, cabezas de lobo con las que rinde homenaje al fallecido David Bowie.

Si hay joyas realizadas en plástico o porcelana, ¿por qué no iba a haberlas en piel? El tejido curtido se convierte en el protagonista de las piezas realizadas por Malababa, el taller de diseño de bolsos, zapatos y complementos que triunfa en Madrid. Sus piezas de bisutería son como pequeñas obras arquitectónicas, en las que se juega con líneas geométricas perfectas, pero combinadas con las imperfecciones propias de la piel. Por cierto, solo trabajan con pieles de animales que ya han sido sacrificados para su consumo alimentario, y tintes ecológicos.

Las piezas de Andrés Gallardo, también realizadas en porcelana, son creaciones con mucho corazón. De hecho, es uno de sus símbolos más recurrentes en sus diseños -generalmente acabados en un llamativo color rojo-, junto con manos, lunas, huesos y animales. Aunque si es conocido por algo es por su colección de maxipiezas, principalmente collares y brazaletes, a priori imposibles de llevar pero que resultan sumamente atractivas.

Cubos, rombos, trapecios, triángulos…. Todas las formas geométricas que se nos ocurran están en las piezas de El Pez Dorado. Mejor dicho, que se les ocurran a sus creadores, dos escultores y diseñadores que decidieron aplicar diferentes disciplinas como el dibujo y la escultura a piezas de bisutería y complementos. El resultado son estos pequeños objetos de diseño, elaborados en níquel, su material estrella, y acabados con colores muy de tendencia, como el turquesa. No tienen tienda física en Madrid, pero se pueden encontrar en PeSeta.