8 hoteles en la Gran Vía de Madrid: dormir en el centro era esto

El Vincci The Mint es la prueba de que no hace falta ser serio, señorial y clásico para conseguir cuatro estrellas; que siendo moderno, descarado y desenfadado también se pueden obtener. Este hotel es divertido. Tanto que hasta se han permitido la licencia de colocar un food truck en su azotea. También es bonito, con esa clase de belleza que se logra cuidando los detalles y creando espacios especiales. ¿El responsable de su diseño? Jaime Beriestain. Y sí, sabemos que lo importante está en el interior; pero no dejes de admirar las vistas al exterior. Ten en cuenta que este hotel en la Gran Vía de Madrid está muy cerca de la Plaza de Cibeles y de la Puerta de Alcalá.  

No tenemos pruebas, pero tampoco dudas, de que las vistas más impresionantes de Madrid se obtienen desde la azotea del Riu Plaza España. Aquí han hecho suyo el dicho que reza eso de ‘De Madrid al Cielo’ y lo han aderezado con una pasarela de cristal que proporciona una dosis de adrenalina no apta para personas con vértigo. También con una selección de cócteles para brindar por la belleza del skyline que se extiende ante ti. Situado en el mítico Edificio España, este hotel de cuatro estrellas dispone de 27 plantas en las que caben más de 500 habitaciones pensadas para tu descanso y un buen número de servicios concebidos para tu disfrute.  

Clásico por fuera, con la elegancia propia que le da el estar alojado en un edificio de 1920. Moderno por dentro, con el aire actual de una decoración propia de nuestro tiempo. También confortable, gracias al tipo de comodidades que uno espera encontrar en un hotel en la Gran Vía de Madrid. Ubicado a un paso de la plaza de Callao, en este Pestana CR7, la ciudad se contempla desde el Rooftop Bar de la séptima planta, cóctel en mano; la comida, informal y desenfadada, se toma en su pizzería napolitana; y el deporte se ve en su Sports Bar y se practica en su sala de fitness o en su piscina exterior. Bueno, en esta última lo que practicarás será la relajación con vistas.

En un edificio del siglo XIX caben mucha Historia e historias, arquitectura con solera y detalles de otro tiempo. También servicios más propios del siglo XXI en el que nos encontramos, como un gimnasio completamente equipado en el que podrás mantener tu rutina de entrenamiento; unas habitaciones amplias, de abundante luz natural y generosas en su comodidad; una propuesta gastronómica de calidad; y un rooftop desde el que contemplar, bebida en mano, cómo vive Madrid. Abre bien los ojos, tu ubicación será inmejorable: a tus pies, la Gran Vía; muy cerca, la Puerta del Sol y la Plaza Mayor. Por el descanso, no te preocupes: aquí se encargan de que el bullicio se quede al otro lado de la puerta. 

Cuando el calor aprieta en la ciudad y el sol se pone insoportable, la infinity pool del Hotel Indigo Madrid se convierte en una de las más cotizadas de la capital. No es solo porque sea tremendamente instagrameable, es porque siempre sienta bien darse un chapuzón con la ciudad a tus pies. Y es que las vistas de este hotel enamoran, especialmente al atardecer y desde su terraza. Orientada hacia el oeste, te resultará hipnótico ver cómo los rayos van tiñendo de naranja los tejados que se extienden ante ti. En este hotel boutique todo gira en torno a Madrid: su decoración se encarga de que tengas muy presente los rincones de la capital y el ritmo que la caracteriza. 

¿Sabes esos lugares que con solo verlos por fuera ya sabes que en su interior están pasando cosas? Así es el H10 Villa de la Reina. Su fachada imponentemente señorial anima a atravesar el umbral de su puerta. Al otro lado, te esperan las comodidades de un hotel boutique de cuatro estrellas. A saber: habitaciones cálidas y de sofisticada decoración donde te sentirás tan bien que querrás quedarte a vivir; desayunos en los que no falta el tan castizo chocolate con churros; un restaurante con una propuesta gastronómica a base de cocina mediterránea y tapas; y zonas comunes que, gracias a un interiorismo cuidado, contribuyen a transmitir belleza, calidez y tranquilidad.  

El hotel Emperador debería rimar con elegancia. Está presente en todas las instalaciones, incluida esa piscina en la azotea que, cada verano, acaba convirtiéndose en el place-to-be para locales y viajeros. No nos extraña: es generosa, tanto en dimensiones como en vistas. En esto último coincide con la terraza del hotel, que abre durante todo el año y combate el frío a golpe de coctelería y de climatización. Exclusividad y buen ambiente. El mix perfecto para disfrutar de la vida de Madrid sin sucumbir a su ritmo frenético. Y todo ello con una ubicación envidiable. Imagínate, tan solo un paseo de 10 minutos te separará de lugares tan emblemáticos como el Palacio Real o la Catedral de la Almudena. 

Sabemos que todo lo que te contemos de este hotel en la Gran Vía de Madrid quedará eclipsado cuando leas las palabras “piscina climatizada en la terraza”. Ahora bien, antes de que eso ocurra te pediríamos que no dejes de disfrutar de los cuidados que despliega ante ti su carta de masajes; de empezar el día por todo lo alto gracias a su completo desayuno buffet; de continuarlo alegrando tu estómago gracias a las diferentes propuestas de sus espacios gastronómicos; de gozar de la belleza y el encanto de una decoración actual que ha sido pensada para vestir al edificio de 1917 en el que te encuentras; y de regalarte a la calidez de unas habitaciones donde el descanso es de diez.