Su nombre oficial es el de Parroquia de San Jerónimo El Real, pero todo el mundo la conoce como Los Jerónimos. Es una de las iglesias con más encanto de Madrid. Llaman la atención las filigranas y la escalinata exteriores y el toque elegante y señorial que le otorgan. Sumémosle a eso un interior en el que lo que más cautiva es su imponente órgano y una ubicación ligeramente elevada que hace que se la divise ya desde la distancia. También el aire de exclusividad y glamour que le da el haber acogido bodas de reyes y nobles. De hecho, es uno de los templos de la ciudad más solicitados para casarse.
Inicialmente, allá por 1464, la Orden de San Jerónimo estuvo ubicada a orillas del Manzanares, cerca de los montes del Pardo. Sin embargo, en 1502, la reina Isabel la Católica concedió a los monjes un nuevo asentamiento, el actual, que les alejaba de un río cuyas aguas les estaban provocando numerosas enfermedades. Desde entonces, ha vivido desde momentos de esplendor, como juras de los herederos de la corona; hasta otros de degradación o destrucción, como durante las guerras napoleónicas.
Las restauraciones y cuidados posteriores le han ido confiriendo una imagen que hizo que esta iglesia de estilo gótico fuera nombrada Monumento Nacional en 1925.
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