Time Out en tu buzón de entrada

Buscar
El Palentino
El Palentino

14 planes que los milenials madrileños echan de menos

Subir a la cafetería-árbol del Parque de Atracciones, hacerse un piercing en el Mercado de Fuencarral, cenar en el chino de Plaza de España... Recordamos algunos de los planes que ya no se pueden hacer en Madrid

Dani Cabezas
Escrito por
Dani Cabezas
Publicidad

Las ciudades crecen, cambian, se transforman. Un constante e inevitable proceso del que no se libra ninguna urbe del planeta, y que a menudo se lleva por delante toda una serie de lugares que en su día fueron parte de nuestras vidas.

Hoy repasamos algunos de ellos. Iconos de un Madrid que ya solo existe en la memoria de los milenials y planes que, lamentablemente, ya no se pueden hacer. ¿Cuál era tu preferido?

1. Tomar algo en el Palentino (en caso de que hubiera sitio). Si hay un bar mítico que se echa de menos en Malasaña, ese es El Palentino. Porque aunque el histórico local resurgió en 2019 –un año y medio después de cerrar– con nuevos dueños y un profundo lavado de cara... ya nada volvió a ser lo mismo. La crisis sanitaria terminó de darle la puntilla al local, que echó su segundo y definitivo cierre en 2021. 

2. Dar una vuelta por el Mercado de Fuencarral. Icono por antonomasia del Madrid alternativo de finales de los años 90 y principios de los 2000, el Mercado de Fuencarral desapareció del mapa en 2015. Adiós a la meca de los piercings, los tatuajes, las rastas y los tintes de colores. Y adiós también y por extensión, a toda una época.

3. Comprar en Galerías Preciados. Hubo un tiempo en que, al hablar de grandes almacenes, había que hacerlo de Galerías Preciados. La empresa era el más duro competidor para El Corte Inglés, y  ambas se repartían el favor de los españoles, con 33 centros en 26 ciudades de todo el país. La pugna se mantuvo hasta el año 1995, cuando Galerías Preciados se declaró en suspensión de pagos y fue adquirido por su rival.

4. …o en el Pryca. De la unión de dos palabras, “Precio y Calidad”, nació uno de los supermercados más populares de España durante décadas. El Pryca formó parte de nuestras vidas desde su aparición en 1976 hasta su extinción en el año 2000, cuando todos sus establecimientos adoptaron el nombre del grupo fundador, Carrefour.

5. Cruzar el pasadizo subterráneo de Plaza de España.... Atravesarlo para cruzar hacia el templo de Debod generaba cierta congoja a causa de su oscuridad y la situación de abandono en la que se encontraba La reforma de la plaza acabó para siempre con este rincón bajo el asfalto.

6.... y comer algo en el chino del párking. Y siguiendo con lo que escondía bajo el subsuelo esta plaza tan nuestra, otro punto de encuentro para los amantes de la comida china. Pero la de verdad, "la que comen ellos", como se decía. Y es que el minúsculo restaurante chino del parking de Plaza de España era famoso por sus sopas y sus dumplings, pero también por lo abundante de sus raciones y su precio más que ajustado. Zhou Yulong, que era como se llamaba el restaurante en realidad, echó el cierre el pasado 2019.

7. Alquilar una peli en Blockbuster (y rebobinarla antes de devolverla). En los años 80 y hasta bien entrados los 90, los videoclubs formaron parte del paisaje de todos y cada uno de los barrios de Madrid. Aunque muchos se adaptaron a la llegada del DVD y a la aparición de gigantes como Blockbuster, la irrupción de Internet acabó, casi de un plumazo, con todo aquel lucrativo negocio. Qué recuerdos.

8. Ver una peli en el Cine Avenida (y bailar en la sala Pasapoga). Fue uno de los cines más emblemáticos de la Gran Vía, y albergó en su sótano la legendaria sala Pasapoga. Pero como ocurrió con otras tantas salas, se vio abocado al cierre. Hoy, cuando allí está a punto de abrir una tienda de ropa (otra más), son muchos los que lo añoran con nostalgia.

9. Pedir unos ‘yayos’ en El Chamizo. Hay muchos bares que ya no existen, pero pocos tan castizos y entrañables como El Chamizo. Sus dueños pusieron cañas, tapas y sus icónicos 'yayos' (vermú con ginebra) en el número 22 de San Vicente Ferrer desde finales de los años 60 hasta el verano de 2015.

Exposición 50 aniversario Parque de atracciones
La montaña rusa 7 Picos del Parque de Atracciones

 10. Subir a la cafetería-árbol del Parque de Atracciones (o a los 7 Picos, o al gusano loco...). Una torre con forma de árbol y 20 metros de altura con un restaurante en lo más alto. Durante cuatro décadas, el conocido como "platillo volante" fue el gran icono del Parque de Atracciones de Madrid. En 2010 fue desmantelado definitivamente. Como él, otras muchas atracciones forman parte de la historia del parque: la montaña rusa 7 Picos, el Cóndor, el Jet Star, el Gusano Loco...

11. Ir de fiesta (o tirarse por los toboganes) al Aqualung. Los milenials más mayores conocieron como parque acuático. Los más jóvenes habrán disfrutado del lugar tras su reconversión como sala de conciertos. Pero ambos evocarán con cariño el nombre de Aqualung, desaparecido del mapa en 2006.

12. Merendar un perrito (o unas tortitas) en Nebraska. Los sillones rojos de escay eran una seña de identidad de la Cafetería Neraska. Casi tanto como sus sabrosos perritos calientes, que desde la inauguración en 1955 y durante varias generaciones fueron degustados a pares por los madrileños. Los cuatro locales de la mítica cadena (situados en la Gran Vía, Alcalá, Goya y Bravo Murillo) cerraron sus puertas en 2017, aunque en 2020 reabrió el de Bravo Murillo tratando de mantener intacto el espíritu original.

13. Salir por los bajos de Argüelles... Bares de rock y heavy metal junto a bares de ‘pachangueo’. ¿En qué momento pareció una buena idea? Pues funcionó, y muy bien. Los bajos de Argüelles (oficialmente, Bajos de Aurrerá) vivieron su época dorada en los 80 y los 90, cuando llegó a haber hasta 60 locales abiertos. Hoy siguen existiendo, aunque la afluencia de jóvenes es sustancialmente menor.

14. ...o por el Speakeasy de Alonso Martínez. Hay locales de ocio que marcaron una época en la noche madrileña. Y el Speakeasy, en Alonso Martínez, fue uno de ellos. Quizá contribuyó a ganarse un aura mítica el hecho de que las copas allí fueran especialmente baratas. ¿Resaca? ¿Quién dijo resaca?

NO TE LO PIERDAS: Diez maneras de distinguir a un auténtico madrileño de un recién llegado

Lee la revista de otoño de Time Out Madrid, con entrevistas, reportajes y las mejores recomendaciones de ocio y cultura de la ciudad. O descárgala gratis aquí.

Más de Love Local

    Últimas noticias

      Publicidad