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5 cuadros increíbles que veréis en la exposición de Brueghel en Madrid

Escrito por
Josep Lambies
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El Palacio de Gaviria inaugura una exposición maravillosa dedicada al inmenso legado de la dinastía de los Brueghel. A través de un centenar de piezas firmadas por ocho pintores de este linaje tan prolífico, nos introducimos en el arte flamenco de los siglos XVI y XVII. Paisajes nevados, danzas populares, pecados escatológicos, alegorías paganas y muchas flores del mal. El recorrido empieza en una sala que recoge las influencias de esta familia de artistas, donde encontramos, entre otras joyas, 'Los pecados capitales' del Bosco y 'La torre de Babel' de Marten van Valckenborch. Con esto os podéis hacer una idea de lo que os espera. Aquí os contamos cuáles son los cuadros que más nos han gustado.

1. Paisaje nevado con patinadores y trampa para pájaros. Un cuadro invernal de Pieter Brueghel el viejo que es mucho más siniestro de lo que aparenta. A mano derecha tenemos un tablón de madera sujeto a una cuerda que entra por una ventana. Debajo, un puñado de alpiste para atraer la atención de pichones y estorninos, que revolotean entre las ramas desnudas. A mano izquierda, los patinadores, sobre un río helado, frágil, que en cualquier momento podría resquebrajarse y engullirlos a todos. La luz blanca que lo envuelve todo y nos deslumbra tiene un no sé qué escalofriante.

2. Boda de un campesino. Los Brueghel pintaron muchas sátiras populares, donde son frecuentes personajes como los holgazanes, los borrachos y los mendigos. A menudo estas escenas tienen toques escatológicos o lúbricos, hay pedos y caca, adulterio y sodomía. El cuadro que tenéis aquí abajo pertenece a la serie 'Boda de un campesino', de Marten van Cleve, compuesta por seis lienzos maravillosos. Cuando vayáis, tenéis que buscar a un niño meando en un banquete nupcial, a una mujer que llora mientras bendicen su cama justo antes de la noche de bodas y, por último, a un amante bribón que escapa por la ventana.

3. Guirnalda de flores. Uno de los temas que recoge la exposición es la dualidad entre la salvación y la condena. En este cuadro se representan las tentaciones del ermitaño San Antonio, a quien el diablo intentaba seducir con vino, música y mujeres hermosas, para arrebatarlo de su vida devota. En la escena se presentan ante él una serie de personajes satánicos, entre los cuales está Lucifer. También vemos a una bella doncella con un vestido azul a quien por debajo de las faldas asoma una pata de gallina. Muy cerca hay una serpiente. Ni con sus mejores disfraces el demonio es capaz de pasar inadvertido. La guirnalda de flores que rodea la imagen con los dos zorros depredadores es, por cierto, una preciosidad.

4. Estudio de mariposa. Por bella que sea, la naturaleza siempre esconde poderes malignos. La guirnalda de rosas, claveles y dalias que hemos visto en el cuadro anterior es un ejemplo perfecto. En la pieza que sigue vemos un catálogo de coleópteros pintados sobre una placa de mármol que bien podría ser la losa de una tumba. Se muestran impertérritos, como si estuvieran clavados sobre un corcho con alfileres. Son un símbolo del 'memento mori'. Están ahí para recordarnos que nuestro tiempo se consume, que no está tan lejos el día en el que no seremos más que un montón de huesos descomponiéndose bajo tierra.

5. Siete actos de piedad. De Peter Brueghel el joven son célebres el cuadro de los proverbios y el de los pecados. Ahí hay sexo, vicio y garrafón, animales de establo, un hombre que defeca y otro que le lame el culo a un cerdo. En esta exposición veréis otro cuadro de esta serie, 'Siete actos de piedad'. Como en los otros dos, la escena tiene lugar en un ambiente de campo y granja, pero lo que se representa es menos sacrílego. Se ve cómo dan ropas a los pobres que van desnudos, zapatos a los descalzos, panes a los hambrientos y cuidados a los enfermos. ¡Os invitamos a descubrir todos los personajes!

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