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Una sentencia del Tribunal Supremo impide que en esta extraña edición del Orgullo la bandera LGBTI, que el año pasado ya se colgó con polémica en un lateral del edificio, ondee en el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid. La sentencia determina que no es compatible ni con la Constitución ni con el marco legal vigente la colocación de banderas no oficiales en el exterior de los edificios públicos, aunque sea de forma ocasional.
Los colores del arcoíris, impresos en el primer sello LGBTI de Correos, lucirán este año solamente cuando caiga el sol porque el Consistorio municipal ha decidido iluminar su sede central durante toda la semana del Orgullo. Asimismo se instalará un circuito de banderolas con la campaña municipal del Orgullo desde la Puerta de Alcalá hasta Cibeles, una iniciativa que estará también será visible en marquesinas y mupis digitales por toda la ciudad.