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Siempre recordaremos la cara de River Phoenix tiritando de frío al principio de 'Mi Idaho privado', en primer plano, mientras un granjero seboso le hacía una mamada. Y al chico de la camiseta amarilla en 'Elephant', de espaldas, avanzando por el pasillo blanco del instituto, justo antes de la matanza. Y al fantasma de Kurt Cobain en 'Last days', tambaleándose entre las hojas secas. Por eso nos alegra saber que Gus van Sant vendrá a Madrid dentro de algunas semanas, durante un fin de semana completo y con una agenda de actos bastante condensada. Los que nos morimos por hacer de 'groupies' tendremos unas cuantas ocasiones de ejercer el ridículo.
El motivo principal de la visita de Van Sant es la exposición que le dedica la Casa Encendida, un recorrido que nos acerca al universo del cineasta a través de materiales de rodaje, filmaciones experimentales de su juventud en la ciudad de Portland, polaroids y algunos homenajes al mundo de los escritores 'beat', que siempre han estado en la cumbre de sus referentes. El sábado 23 a las 20 h mantendrá una conversación abierta al público con el comisario Matthieu Orléan, en la que hablarán de filias y fobias. Después se proyectará su última película 'No te preocupes, no llegará lejos a pie', con Joaquin Phoenix y Rooney Mara de protagonistas.
En parelelo, la Filmoteca Española le dedica este mes una retrospectiva completísima, en la que veremos todos sus largometrajes –'Drugstore Cowboy', 'Mi nombre es Harvey Milk', 'Paranoid Park'... la lista es larga–, varios cortometrajes y también algunos títulos en los que ejerció como productor. El viernes 22 asistirá a la sesión dedicada a 'Elephant', una de sus cintas icónicas, y mantendrá un coloquio con el público. Después se verá también la pieza de Alan Clarke para BBC Irlanda en la que Van Sant reconoce haberse inspirado.