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Ahora puedes compartir con tus amigos esa ración de croquetas de jamón ibérico que siempre se hace corta o una espectacular lubina de estero frita con toda la familia. A lo largo de estas semanas el chef de Santerra (dos direcciones ya en Madrid) buscaba la manera de hacer que los clientes de su versión delivery se sintieran aún más cerca del restaurante, que fueran algo más reales esas sensaciones que se generan alrededor de una mesa, de la misma mesa. Así que ha ideado lo que llama las cenas espejo.
Los pedidos (sean dos o más) se enviarán al mismo tiempo y el menú incluirá un detalle de la casa que irá variando periódicamente. Todo se hace a través de la web de Santerra pero la mecánica es sencilla. Te la contamos aquí mismo: Los que quieran compartir el mismo menú con otro pedido paralelo han de escribir en el apartado "Datos adicionales para la entrega" la misma palabra clave (la que escojáis entre todos los convocados a esa quedada gastronómica) y especificar que quieren Cena Espejo con las otras personas que utilicen esa misma palabra clave. Y listo. Más fácil que descargarse el borrador de la renta.
En este tiempo de desescalada Miguel Carretero ha ido puliendo la carta, amoldándose a la demanda y sugerencias de los clientes hasta lograr un fino equilibrio entre las más clásicas propuestas de barra del espacio que regenta en el Barrio de Salamanca (cocina central para los pedidos a domicilio) y las fusiones contemporáneas que propone en el recién abierto esquinazo en Ríos Rosas (Chamberí). Así los callos a la madrileña y las albóndigas de vaca vieja estofadas se combinan las orejas de cochinillo fritas con mojo verde canario o los rejos chili peppers, su personal interpretación del bocata de calamares.
