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En una de las últimas medidas de apoyo al muy castigado sector hostelero, el Ayuntamiento, tras la aprobación de la Comisión de Terrazas, ha permitido que los bares y restaurantes sin opciones de habilitar terrazas en la calle por el ancho de las aceras tengan la opción de sacar mesas altas con taburetes. Es una medida con restricciones, claro. Los dos taburetes se dispondrán de forma paralela a las fachadas y deberán ser obligatoriamente ocupados por los clientes (nada de formar un círculo de gente de pie alrededor de la mesa) porque, según lo establecido, "en ningún caso" las personas podrán invadir el espacio peatonal de la acera.
Mesas altas de baja capacidad las llaman. Otra pata en pos de la supervivencia de muchos establecimientos de la capital. Tal y como recoge el documento firmado finalmente por todas las partes, "el ancho mínimo de acera libre de paso será equivalente al existente previamente a la instalación de la mesa y taburetes". Asimismo los puestos de restauración de los mercados municipales podrán por primera vez habilitar terrazas en el espacio público. Algunos como el de Tirso de Molina, en el distrito de Latina, ya la han habilitado.