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El napolitano Ciro Cristiano estuvo detrás del éxito de nombres tan tan populares en el panorama de la capital como Bel Mondo o Villa Capri pero hace unos meses decidió salir del grupo Big Mamma y navegar solo. Solo pero con los mejores proveedores y un equipo de su confianza. Y así, hace apenas unos días, levantó la persiana de Baldoria, su nueva casa y, sin duda, la de muchos madrileños a partir de ahora; no solo vecinos del barrio de Lista o del distrito de Salamanca. Aquí habrá un peregrinaje constante.
Baldoria significa jarana. Así que, sin cruzar la puerta, ya sabéis por dónde va la cosa. Jarana de la buena, de la que sale de su portentoso horno y de sus incombustibles fogones (con cocineros que vienen de Bel Mondo y de Mar mía) y de su, cómo no, cuidado interiorismo (quería traer el ambiente de la plaza de su pueblo y lo ha logrado gracias a la ayuda del conocido Estudio Pombo). Aquí del bartender a los pizzaiolos, todos, presumen de su origen italiano. Hasta la bodega es 100% italiana.
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Habrá, como en muchas de las nuevas direcciones que llenan mesas, breves actuaciones en directo y tiempo para los DJs entre luminosos con frases de la Carrà, media docena de pizzas, platos de pasta con un "twist" (con pasta fresca hecha en casa), atractivos postres que ya conoces bien (tiramisú, pannacotta o babà al limoncello) y un buen puñado de cócteles. Todo para más de un centenar de comensales y con un ticket que rondará los 40 euros en Ortega y Gasset, 100, enfrente del parque María Eva Duarte Perón. Ellos lo dicen así: una farmacia que te curará con la mejor medicina italiana.
