Manifesto 13
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Restaurantes italianos en Madrid: comedores espectaculares, sabores auténticos, pastas frescas...

Os dejamos algunos de nuestros restaurantes y trattorias favoritas. Sí, muchos tienen pizza pero para este icono tenemos una selección aparte

Gorka Elorrieta
Colaborador: Jesús Rojas
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Los restaurantes italianos, quizás la cocina internacional más representada y demandada, tratan de responder cada vez más a las exigencias del público madrileño. Las pizzerías se refinan y se multiplican las trattorias. Olvidaos de la ensalada de burrata (salvo que esté muy muy muy rica) como recurso fácil y disfrutad de todos los bocados tradicionales, actualizados o reinterpretados que ofrece la vastísima gastronomía transalpina en estos restaurantes de Madrid. Buon appetito!

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  • Italiana
  • Chamberí
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

El chef argentino Dante Liporace quería montar en Madrid un restaurante italiano. Pero uno diferente entre tanta oferta, sobre todo en Chamberí. Por lo que este otoño inauguró en la calle Santa Engracia su personal idea de fusión porteña y neoyorquina. Sin cortarse, que busca acentuar la bastardía de una cocina dada a las reinterpretaciones por el mundo. "En Argentina hacemos una cocina italiana hiper bastardeada", cuenta Dante. "Soy fanático de Manhattan y allí también hacen cosas bastardas. Así que, ¿por qué no hacer un restaurante italiano con esas influencias?".

Toto e Peppino

En este caso hablamos de dos sedes desde las que se rinde culto a los mejores sabores napolitanos. Todo empezó en 2004 en la calle Fernando VI, con la apertura de una trattoria una auténtica que sigue siendo capaz de recordarte a esos sitios con alma donde lo que siempre manda, más allá de la decoración o de los platos instagrameables, son esos platos que, fácilmente, quedarán grabados para siempre en tu memoria. Es el caso de la insalata caprese con burrata, los espaguetis alle vongole o su ya famosa parmigiana di melanzane, todos ellos súper recomendables, a los que les toca compartir espacio en carta con unas pizzas hechas al horno de leña que transmiten tradición y pasión en cada bocado. Tras la excelente acogida de aquel primer Toto e Peppino, Salvatore Romano se atrevió con una nueva aventura en el barrio de Retiro. Y desde entonces, hay un tramo de la Avenida del Mediterráneo que conquista a todo el que pasa cerca de su terraza por el aroma a albahaca, masa madre y tomate de San Marzano.  Conviene recordar que en los últimos meses, este concepto ganador se ha hecho con galardones como el prestigioso Arcimboldo d’Oro y ese reconocimiento de la Accademia Italiana della Cucina que viene a poner en valor su compromiso con la cocina clásica. Además, la guía internacional 50 Top Pizza los ha considerado uno de los mejores del país en el noble arte de la elaboración de pizas. Así que, la verdad, no se nos ocurre mejor momento para escaparse e ir a conocerlo. 

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  • Italiana
  • Chamberí
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

A diario, los mediodías de Manifesto 13 son algo tranquilos, a la espera de que el ritmo se acelere de noche. Cada momento luce en un local al que Marta Banús ha sabido sacarle toda su fotogenia y mood de rabiosa actualidad. La estética industrial de tuberías al aire, paredes desnudas y esqueleto de hormigón se suaviza con formas redondeadas, madera limpia en la gran estantería, y luz natural que baña la planta de arriba desde los enormes ventanales a la calle. A medio camino entre Brooklyn y una bottega italiana. Abajo convive el obrador (todos los días hacen pasta fresca con sémola rimacinata y harina 00) con una mesa larga que dará mucho juego. Pero es difícil alejarse de la preciosa barra de triple piedra y armazón negro sobre la que gravita todo. El resto es para que algunos vinilos decoren mientras el vino natural en el botellero de obra termine por definir las intenciones.

  • Italiana
  • Castellana
  • precio 2 de 4
  • Crítica de Time Out

Entre la franqueza de una trattoria y las atenciones de un restaurante noble, con un perfil tan italiano como propio, Gianni Pinto y Javier Gassibe buscan la esencia de la receta original por las rutas menos trilladas (probad su caponata) cuando no sorprenden con interpretaciones más libres (espagueti carbonara con tartar de atún). La apuesta estimula y refleja oficio y madurez. La bodega suma enteros en su viaje del Piamonte a Sicilia.

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  • Comer

El napolitano Ciro Cristiano estuvo detrás del éxito de nombres tan tan populares en el panorama de la capital como Bel Mondo o Villa Capri pero decidió salir del grupo Big Mamma y navegar solo. Solo pero con los mejores proveedores y un equipo de su confianza. Y así ha levantado la persiana de Baldoria, su nueva casa y, sin duda, la de muchos madrileños a partir de ahora. Baldoria significa jarana. Jarana de la buena, de la que sale de su portentoso horno y de sus incombustibles fogones y de su, cómo no, cuidado interiorismo. Aquí del bartender a los pizzaiolos, todos, presumen de su origen italiano. Hasta la bodega es 100% italiana.

  • Italiana
  • Madrid
  • Crítica de Time Out

La carta es de las que se ilustra con fotos de los platos. Divide las pastas en recetas Pagus y otras a las que llaman clásicas, como spaghetti agio olio, penne all’arrabbiata o bucatini all’amatriciana. Las más interesantes son las del primer grupo, recetas familiares de Leonardo Battigaglia, cuñado de María, o de la abuela Rosina, que se llevaron junto con los ingredientes a cada restaurante, recalculando cocciones y porcentajes en función de la ciudad. Pasta fresca con guisos confortables, cada una con su propia salsa, ajeno todo a tópicos españolizados.

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La Piperna

Es probablemente, de los restaurantes italianos de referencia de la capital, el más infravalorado de todos, aunque también es verdad que cada vez son más los que lo empiezan a tener ubicado. Desde que abrió sus puertas en la céntrica calle Relatores, este templo culinario regentado por Nello de Biase no ha hecho más que seguir creciendo en todos los sentidos, también en su ubicación actual (cerca de Plaza de Castilla). Si buscas la esencia de la Italia más genuina, acompañada de vinos autóctonos de un sinfín de regiones del país transalpino, La Piperna es tu sitio. Especialmente si eres de los que aman las pastas artesanales, y las salsas bien trabajadas, por encima de todo. El chef napolitano, que huye de las típicas recetas que encuentras en la mayoría de italianos del mundo, borda tanto las pastas frescas como las secas, pero también los escabeches o las elaboraciones con pescado o carne. Entre sus hits se encuentran el conejo a la iscchitana, la presa ibérica con cime di rapa o la saltimbocca romana, que son de esos platos que se te quedan grabados la primera vez que los pruebas. Sobra decir que aquí sí merece la pena apuntarse tanto al plan de postre –todos ellos artesanos- como al de café, que está al nivel del resto de especialidades de su carta. Y eso es mucho decir.

  • Italiana
  • Chueca
  • precio 3 de 4
  • Crítica de Time Out

Entre una ligera autoría y un cabal respeto por la tradición de su querida y suculenta cocina piamontesa, Davide Bonato sirve producto de altura (hay trufa y un Barolo en la bodega), extraordinarias elaboraciones caseras y al momento (borda los tallarines, sorprende su risotto) y platos ya icónicos (uovo morbido). Cede ante la pizza y la fusión pero es el helado de avellanas lo que no olvidaréis. De clientela fiel.

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Circolo Popolare

El exitoso grupo Big Mamma ha vuelto a sorprender con un local portentoso, 760 metros cuadrados repartidos en dos plantas. Tras Bel Mondo y Villa Capri, toman la icónica Torre Picasso (Plaza Pablo Ruiz Picasso, 1) para llenarla de colores vibrantes, reflejos y paredes (de 3 metros de alto) atestadas de memorabilia italiana. En el plato recetas de pasta fresca a gogó (con ingredientes de una cartera con decenas de proveedores italianos y locales) y una pizza de campeonato (si el tamaño importa, la suya tiene casi un metro de larga y hay versiones para todos los gustos). Mientras en el piso a pie de calle encontramos dos mesas comunales para unas 30 personas (aquí se viene a compartir) y un bar abierto a la sala, arriba todo se llena de tela de leopardo y de botellas vintage iluminando las paredes para decorar e imprimir un ambiente único (como solo ellos saben hacer) a un comedor ya de por sí espectacular y a su cocina abierta. 

El Gioviale

Hace menos de un año que aterrizaron en el barrio de Retiro, tras 12 de años trabajando muy bien en la isla de Formentera. Al frente de este restaurante de cocina romana se encuentra Riccardo Gabrieli, al que no le quedó otra que hacer caso a todos esos clientes madrileños que le pedían que abriese El Gioviale en la capital porque aquí no había una propuesta tan auténtica y familiar como la suya. Y eso es justo lo que están haciendo en el número 48 de la calle Maíquez, representar la ‘vera tradizione romana’ a través de platos que te transportan al mismísimo Trastevere. Hablamos de elaboraciones originales de allí como como el cacio e pepe, los rigatoni alla vaccinara (con rabo de vaca), alcachofas a la judía, trippa (callos) o, cómo no, la carbonara. Este último es su plato estrella, así que no te lo pienses dos veces cuando vayas a hacerles una visita. Lo que seguro no te vas a encontrar es pizza, ya que ellos defienden esa creencia que consiste en dejar esta elaboración para las pizzerías, mientras que los restaurantes se centran en platos como los que hemos comentado más arriba. Sobra decir que la mayoría de los ingredientes que emplean llegan de Italia: guanciale, queso pecorino, tomate de San Marzano, la pasta… Ojalá muy pronto Riccardo y su equipo puedan decir aquello de ‘Veni, vidi, vici’. De momento, tienes un menú del día a un precio muy económico (18 euros) para una primera toma de contacto. 

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