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Self-portrait of Diana Larrea in her studio surrounded by pieces from her project 'Inventarios Reales', 2023.
Self-portrait of Diana Larrea in her studio surrounded by pieces from her project 'Inventarios Reales', 2023.

Mujeres en el museo del Prado: la guía de Diana Larrea

La artista e investigadora, cuya obra se expone en Radisson RED Madrid hasta el 31 de marzo, nos aporta las pistas para descubrir las obras de mujeres de la pinacoteca, que hoy suponen solo el 0,75% de la colección total del Prado

Time Out en colaboración con Radisson RED
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De las alrededor de 8.000 pinturas que expone, guarda y conserva el Museo del Prado, tan solo 60 están atribuidas a artistas mujeres. Un 0,75% del total que, además, solo está expuesto en una tercera parte: a día de hoy, son 23 las obras de mujeres expuestas en la pinacoteca. 

Si hay una figura experta en este hecho, es Diana Larrea. No solo por su arduo trabajo de investigación: también porque su dedicación artística se ha enfocado, en su trabajo Inventarios Reales, a poner sobre la mesa la falta de foco en referentes femeninos, pero también (y sobre todo) las dudas en cuanto a atribución de trabajos que, hoy asignados a mujeres, fueron en un momento presentados bajo un nombre masculino. 

La ruta de Larrea cuenta con una primera parada imprescindible en Radisson RED Madrid (calle Atocha, 123) donde, hasta el 31 de marzo, se exponen sus 'Inventarios Reales' en colaboración con la galería Espacio Mínimo. Las obras, que se han colocado en el hall de entrada, se pueden visitar de forma completamente gratuita, y permiten asomarse a una reinterpretación de algunas de las piezas clave del Museo del Prado dentro del ámbito de la atribución femenina.

La posición del hotel, situado en pleno Triángulo del Arte, y su vinculación con el entorno artístico dentro de la marca Radisson RED, hacen que sea un punto de encuentro perfecto para comenzar este recorrido; podéis tomar un café o un cóctel en su espacio Oso Rojo y vivir el ambiente más artístico de la ciudad a tan solo unos minutos a pie del Prado. Tras este momento de pausa, es el momento de pasear hasta el museo para descubrir esas obras que merecen ser observadas, conocidas y reivindicadas. Os contamos más sobre ellas. 

Clara Peeters

El recorrido propuesto por Diana Larrea comienza en la segunda planta del museo, en su sala 82. En esta se conservan los cuatro bodegones de Clara Peeters, artista flamenca del S.XVII: el Museo del Prado es la pinacoteca que más obras expone de esta artista, que firmaba sus cuadros de una forma muy original; por ejemplo, 'grabando' con su nombre los cuchillos de las pinturas o autorretratándose en reflejos de algunos elementos de la composición. 

Catarina Ykens

En la misma sala número 82 podemos descubrir a otra pintora barroca de finales del siglo XVII: Catarina Ykens. Hija, hermana y prima de pintores, en ocasiones es difícil atribuirle su obra, ya que todos sus familiares se especializaron en guirnaldas de flores y frutos. "Una mujer artista necesita con seguiridad una firma para que se le atribuya un cuadro", explica Larrea, "un hombre, no". En este caso, los dos cuadros del Museo del Prado atribuidos a esta artista cuentan con su firma en una filacteria. 

Artemisia Gentileschi

Icono y referente feminista en las últimas décadas, Artemisia Gentilesci es una de las figuras que ayudan a reivindicar el papel de las mujeres en el arte. En el museo del Prado, su única obra se encuentra en la planta 1, sala 5: el 'Nacimiento de San Juan Bautista', pieza imprescindible del barroco italiano. 

Nacida en Roma e hija de pintor, a los 17 años firmó su primera obra. Su vida fue marcada por la violación de otro pintor, amigo de su padre, que condicionó tanto su carrera como su vida personal. A pesar de las dificultades, vivió una carrera de muchísimo éxito, pasando por Florencia, donde fue admitida en la Academia de Diseño, y trasladándose después a Nápoles. El hecho de que este territorio perteneciese a la corona española hace que hoy podamos disfrutar, en el Museo del Prado, de una de sus obras de arte. 

Sofonisba Anguissola

La ruta continúa en la planta 0 del museo. En la sala 55, dedicada al Renacimiento, podéis encontrar el retrato de Felipe II atribuido a Sofonisba Anguissola. Esta pintora noble italiana llegó a España para unirse a la corte de este rey bajo el título de dama de corte de la reina, debido principalmente a que su estatus nobiliario no permitía que se la considerase pintora de cámara, un cargo menos prestigioso. A pesar de los 15 años que vivió en nuestro país, solo se conservan tres cuadros bajo a su nombre.

Rosa Bonheur

En esta misma planta, y dentro de las salas dedicadas al siglo XIX, pueden descubrirse las obras de 8 pintoras y 4 miniaturistas, una disciplina muy valorada en su momento. Entre las artistas pictóricas destaca Rosa Bonheur, muy popular en su tiempo.

Su historia en el Prado comenzó a mediados del siglo XIX, cuando su cuadro 'El Cid' llegó al almacén. Ese fue su lugar durante 130 años, hasta que en 2017 se rescató y comenzó a ser visible, por fin, para los visitantes de la pinacoteca.

Angelica Kauffmann

En estas mismas salas puede encontrarse el trabajo de dos pintoras del siglo XVIII. La primera de ellas es Angelica Kauffmann, niña prodigio muy reconocida en su tiempo, con obras muy reproducidas mediante reproducciones de grabados y artes decorativas. Miembro de la Academia San Lucas de Roma, con 12 años ya trabajaba de forma profesional como pintora, y en su posterior etapa en Londres fue co-fundadora de la Royal Academy of Arts. En el Prado podéis observar su maravilloso retrato de Anna Escher von Muralt. 

Anna María Mengs

Anna María Mengs, conocida también como Ana Carmona tras su matrimonio con el grabador español Manuel Salvador Carmona, fue una artista nacida en Dresde, pero situada desde niña en España dentro de la corte de Carlos III. Su padre, Anton Raphael Mengs, era pintor de cámara en este reinado, con Anna como mano derecha. Esta posición, primero de hija y luego de esposa de artistas, invisibilizó gran parte de su trabajo, por lo que en la actualidad apenas existen obras atribuidas a su nombre. El retrato que pintó de su padre, Anton Raphael Mengs, se puede encontrar y admirar hoy en la sala 62A del Museo del Prado. 

Reivindicar su nombre

El broche a este recorrido no está exento de reflexiones. "Que la cifra de mujeres en el Prado sea del 0,75% no es aceptable", apunta Diana Larrea. Para continuar la reflexión (y el homenaje) a todas las mujeres pintoras, visibles o invisibles, del Museo del Prado, nada mejor que conocer su trabajo 'Los Inventarios Reales': nueve pinturas sobre lienzo, en formato de 100 x 70 cm, que revisan los antiguos Inventarios Reales de la pinacoteca planteando que, históricamente, distintos cuadros atribuidos hoy a mujeres artistas fueron asignados a varones. 

Estas obras, que se expondrán hasta el 31 de marzo en Radisson RED Madrid, ayudan a cuestionar la validez de inventarios y catálogos y su registro escrito, en una invitación al reanálisis y contraste. Mediante la idea de la reflectografía infrarroja, sistema que se utiliza en talleres de restauración de arte, Larrea redibuja estas pinturas utilizando carboncillo negro sobre lienzo, trazando un paralelismo con los reflectogramas que se obtienen en esta técnica y que permiten descubrir las capas opacas, diseños previos y capas de color ocultas en las pinturas. Una forma de señalar la importancia de las autoras originales, también 'ocultas' bajo otras capas. 

Esta exposición, planteada en colaboración con la galería Espacio Mínimo, os permitirá acercaros al concepto de esta polifacética artista visual española, mundialmente conocida por explorar distintos lenguajes plásticos, instalaciones, vídeo, fotografía o dibujo, pero sobre todo, popular por sus intervenciones específicas en distintos espacios públicos, muchos de ellos enfocados a mostrar conflictos simbólicos actuales o del pasado, dialogando con tensiones sociales de nuestra civilización. 

Un hotel cargado de arte

La exposición de Diana Larrea es una excusa perfecta para descubrir Radisson RED Madrid, el hotel con más vinculación artística de la ciudad de Madrid. Hasta el 31 de marzo cuenta con las muestras temporales de esta artista y de Daniel Canogar, pero su vínculo con el arte no acaba aquí: durante todo el año, expone obras inspiradas en la ciudad de Madrid, como la escultura de su entrada que reinterpreta el Oso y el Madroño, o los distintos cuadros de estética barroca que decoran su entrada. 

Esta perspectiva, que se comparte en todos los hoteles Radisson RED del mundo, se fusiona con fuertes apuestas por la gastronomía (no os podéis perder Eneko Basque, la propuesta gastro del chef Michelin Eneko Atxa en el hotel) o el trato más exclusivo, que podréis vivir si pasáis una o varias noches en sus instalaciones cargadas de arte. ¡Toda una experiencia! 

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