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Agogó Cabarette
©Alfredo Arias HorasAgogó Cabarette

Así vive el Orgullo de Madrid Agogó Cabarette

Viajamos con el trío de drag queens desde el ‘boom’ drag de los 2000 a las fiestas del Orgullo LGBTI actual

Marta Bac
Escrito por
Marta Bac
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Entre maletines de maquillaje, pelucas atusadas y medias de rejilla repartidas por las mesas del nostálgico bar Payma (ahora cerrado), hablamos con las integrantes de Agogó Cabarette. Tres drag queens con personalidades (y 'looks') tan divergentes que, si por separado ya son todo un espectáculo, cuando se juntan es imposible no admirarlas. Del desparpajo de Feldene Medicada, corista y amiga de La Terremoto de Alcorcón, a la elegancia de Hornella Maria Góngora Ciccone, participante de la tercera temporada de Drag Race España, pasando por la asombrosa Mali Bú, coplera y Youtuber ocasional.  

 ¿Cómo empezó Agogó Cabarette?
Hornella: Pues nace de la casualidad y la necesidad. La casualidad de que a mí me ofrecen un espacio en una sala en Madrid, y la necesidad de transmitir y crear. Yo tenía ese espacio sola e iba rotando de artistas, y a la segunda o tercera fecha las invité. Fue tal lo bien que salió, que hasta hoy. 

Feldene: Nosotras en realidad ya nos conocíamos de antes. Pero cuando nos llamó Hornella y probamos fue algo maravilloso. Hay mucha sintonía con nuestras personalidades, si es que somos tres cuadros.

Mali Bú: Llevábamos años diciendo que teníamos que hacer algo juntas y hemos visto que funciona solo. Hay esfuerzo, mucho trabajo y mucho ensayo, pero tenemos una química que encaja muy bien. 

Se nota que entre vosotras hay mucha complicidad, ¿pero hay rivalidad en el mundo drag?
M: Siempre hay tres o cuatro que son más farfulleras, pero en general hay una hermandad entre las travestis, porque todas sabemos que las condiciones son horrorosas.

H: También ahora el drag se está poniendo más de moda y hay mucha gente nueva. Es una competencia dura, porque empiezan muy preparadas y porque sólo por ir a los locales no cobran y bajan el caché. 

F: Pero nosotras tenemos un as bajo la manga: somos las reinas del electrocabaret, una propuesta que estamos trabajando para mantener viva. Queremos volver a darle al drag el alma que tenía antes. 

¿Creéis que las condiciones son peores ahora que entonces?
M: Cuando llegó la crisis del 2008 lo notamos mucho, ahí hubo un bajón, antes por ir a un cumpleaños te pagaban 300 euros o salías un viernes de trabajar con mil euros porque hacías varias despedidas de soltera. 

H: Ha habido altibajos, al final son muchos años. En los 2000 por ejemplo había mucha visibilidad en los medios de comunicación más masivos: estaba Devora Hombres en televisión en 'prime time', se veían espectáculos de las Chanclettes... y luego desaparecieron. Ahora eso está cambiando. Por ejemplo, las marcas de publicidad están empezaron a apostar por artistas drags para promocionar sus productos. Lo importante para todas yo creo que es trabajar, y buscamos los espacios para ello cuando no los tenemos. También depende de lo que tú quieras hacer, si quieres ser solo una cara bonita o ser una artista.

F: Ahora se ha puesto de moda la diversidad, lo mismo que el año pasado eran los productos ecológicos. Y es una maravilla. 

¿Cómo habéis vivido las Fiestas del Orgullo en Madrid a lo largo de estos años?
F: Menos mal que existe el Orgullo, es muy necesario.

H: Y todos los Orgullos, no sólo el central, el Vallekano, el rural…

M: También el Orgullo reivindicativo, el de la gente que sale a la calle ese día sin una marca ni una gran fiesta detrás. Obviamente estamos celebrando la diversidad y siempre va a haber color, música… pero no necesitamos lo que hoy en día se expone en las carrozas. Que aún así es una cosa que tenemos que apoyar todos porque se hace por y para nosotros. 

¿Creéis que el negocio eclipsa la reivindicación social?
M: Es verdad que hay gente como Berkana por ejemplo, la primera librería LGBTI que abrió en Madrid, un sitio donde yo recuerdo ir y pasarme un buen rato entre sus estanterías hace años, que no puede permitirse una carroza actualmente. A mí que esta gente ahora no pueda sacar beneficio de algo que realmente han creado ellos, pues me revienta bastante. Mientras, por otro lado todos tenemos propuestas para subir a actuar a los escenarios del Orgullo completamente gratis. Es una cosa que hemos creado nosotros y que al final cada día la está llevando menos gente del colectivo LGBTI.

F: Pero fíjate que aún así, somos un país puntero en diversidad, gracias ahora además a la ley Trans. Al final el Orgullo también es un negocio, no se puede negar, pero España es un referente. Para mí es uno de los momentos más emocionantes del año, abierto a todos, también a las familias. 

H: Al final son diferentes puntos de vista pero todos son buenos, tanto la carroza patrocinada por una gran marca como el hecho de que no se nos olvide que estamos ahí por una razón. 

¿Qué echáis en falta en las fiestas?
M: La tranquilidad. 

F: Pero qué tranquilidad, para eso ya está la Semana Santa. 

H: Yo de los Orgullos antiguos echo de menos los escenarios pequeños de plazas y calles en Malasaña por ejemplo. También, si nos ponemos serias, el mensaje que se tiene que dar, que no es solo fiesta, que es de donde se saca el dinero. Y a veces el apoyo de las instituciones. 

F: Yo echo de menos la transparencia y que los ciudadanos se puedan involucrar más. 

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