Casi 1500 mujeres han sido asesinadas por el terrorismo machista desde 2010 en España. Desde 2010 que se empezaron a registrar meticulosamente los feminicidios. En 2023 se han contabilizado ya 50. En 2023, en el siglo XXI, aun con todo el empuje y la fuerza del movimiento feminista. Imagínate cómo tenía que ser hace 400 años. Hemos avanzado mucho pero no hemos avanzado tanto. Este sencillo y honesto montaje se encarga de demostrar la aparente paradoja.
Tuvo que sufrir más de 10 años de tormento hasta que a la quinta denuncia fue la vencida
Francisca de Pedraza fue una mujer nacida en torno al año 1600 en Alcalá de Henares, que se quedó huérfana siendo una niña y tuvo que ingresar en un convento. De allí 'la sacó' un hombre, siendo apenas una adolescente, en un arreglo infame con las monjas. Eran otros tiempos. Ese hombre/animal la maltrató desde el primer día. Francisa le denunció ante las autoridades de la época. Tuvo que sufrir más de 10 años de tormento hasta que a la quinta denuncia fue la vencida y se le concedió el divorcio y una orden de alejamiento para él, que casi la mata en repetidas ocasiones… solo una orden de alejamiento.
Hemos dicho sencillo montaje más arriba. Sencillo, modesto, casi se diría teatro de corral, de corral de comedia se entiende, como se hacía entonces, en el siglo en el que ocurrieron los hechos relatados. Apenas unos cuantos objetos, unos vestidos humildes y mucho oficio, dejando a la vista –esto ya es más contemporáneo– los mecanismos del teatro, el truco que sirve a la imaginación del público. Y decíamos que en su sencillez, la función se encarga de demostrar esa aparente contradicción, que hemos mejorado, pero no tanto. A través de testimonios actuales de mujeres intercalados en la acción, a modo de transiciones, entendemos cómo la maldición de la violencia machista sigue unos parámetros casi idénticos.
A ese bárbaro que habita en cada uno de nosotros, los hombres, también apela este montaje
Francisca es una mujer enamorada del mar sin conocerlo, metáfora de una libertad que finalmente consigue aunque sea a condición de arrastrar secuelas que todavía hoy resuenan. Pionera de una lucha que quisiéramos innecesaria, Carolina Lapausa le da vida con esa mezcla de sensibilidad, ternura, dolor, vergüenza, miedo y coraje que conforman la armadura emocional de tantas mujeres sometidas al bárbaro patriarcal. A ese bárbaro que habita en cada uno de nosotros, los hombres, también apela este montaje. Mirémonos entre todos y todas y apostemos por una humanidad sin maltratos, sin violencias.
Dramaturgia: Borja Rodríguez. Dirección: Fredeswinda Gijón. Intérpretes: Carolina Lapausa, Antonio Lafuente, Anabel Maurín y Esther Acevedo.