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Jane Eyre

  • Teatro
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Jane Eyre
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

Podríamos criticarle muchas cosas a esta 'Jane Eyre' que Carme Portaceli dirige en el Teatro Español, pero hay algo en escena que nos turba desde el primer momento, y es ese destello en la mirada de Ariadna Gil, esos ojos oscuros que van cambiando de color, como los de madame Bovary, a la luz de los candelabros de Thornfield, sobre la nieve rosada que cubre el páramo inglés, velando el cadáver de su amiga tísica en un catre de Lowood que huele a sangre y a pánico. No es la heroína que se inventó Charlotte Brontë, no tiene su mordacidad ni su arrojo, pero no le falta esa valentía de pájaro enjaulado que no teme arañarse las alas mientras intenta escaparse entre los barrotes de su jaula. En los párpados, una lágrima colgada que nos recuerda a la Juana de Arco de Dreyer. Los mofletes pálidos, las caderas huesudas, el vestido largo y negro. 

Es cierto que la adaptación cojea en muchas zonas, sobre todo en su principio y en su final. La parte de la infancia de Jane, con la figura de la tía tirana y los años tenebrosos del internado, que en la novela es complejísima, aquí queda comprimida como una pastilla de caldo. Quizá hubiese sido más sabio renunciar a ella, contándola tal vez en una elipsis hiriente, trabajando en los silencios incómodos, en la historia que queda en entredicho y dejando que la obra comenzara 'in media res', en plena cúspide del dolor. Tampoco acaba de cuajar el relato de la mujer de Rochester, que en el libro es una risa insufrible que procede del desván de la mansión, y que aquí se encarna en escena, como si existiera la necesidad de dar voz a un personaje que siempre fue una carcajada en el fuera de campo.

Pero es de justicia apreciar la música de Clara Peya, agudizando la tensión escénica, y también las sombras de árboles fantasmales que se proyectan sobre la pared blanca del decorado, acorralando a esa mujer que corretea de un lado al otro del escenario, maltratada y resistente, digna y aún así sin ápice de cinismo. Lo más hermoso, decíamos, es la radiografía de ese ser transparente, de ese corazón simple que a pesar de todas las injusticias de su historia no pierde la esperanza de dar con la felicidad absoluta. Esa protagonista que logra que todas las carencias del montaje pasen a un segundo plano.

Autora: Charlotte Brontë. Directora: Carme Portaceli. Intérpretes: Ariadna Gil, Abel Folk, Jordi Collet, Gabriela Flores, Pepa López, Joan Negrié y Magda Puig.

Escrito por
Josep Lambies

Detalles

Dirección
Precio
5-22€
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