Sollertinsky

El dramaturgo y director Julio Provencio convoca en esta pieza una de esas figuras que quedan a la sombra de la historia siendo cruciales para su devenir, en este caso, para el devenir musical que supuso la irrupción de Shostakovich a mediados del siglo XX. Hablamos de Iván Sollertinsky, erudito ruso que apoyó y estudió la música y la creación escénica que se hacía en aquellos años. Cuando murió en 1944, Shostakovich le dedicó un trío para violonchelo, violín y piano. A partir de aquella historia, esta obra quiere hablar de amistad y creación, porque hay alguien que muere lejos y alguien que celebra, aunque no se trata de aquellos hombres rusos de hace 80 años, sino de dos amigas del ahora que se ven "obligadas" a homenajear a una tercera en una ceremonia en marcha a base de textos, bailes y músicas.