Autora: Patricia Jordá. Director: Luis Andrés. Intérpretes: Carmen del Conte, Marta Flich, Alda Lozano, Yban Malo, Patricia Jordá, Rodrigo Ramírez, Mario de la Rosa y José Ygarza.
Desde que el teatro se volvió hacia los problemas de la gente normal, dejando a un lado los palacios, el espectador ya asumió una cierta condición de 'voyeur'. De esto hace mucho ya. Desde entonces hemos podido asistir como público a todo tipo de desnudeces, fundamentalmente emocionales. Algunas, como esta que plantea la compañía La Tropa, van un poquito más allá, invitándonos a una experiencia erótica, no apta para salidos adictos al porno diáfano (porque se decepcionarán), que sugiere más que enseña, que trata de estimular y pretende aumentar el imaginario y los recursos del respetable para cuando vuelvan a casa, ya saben… Otra cosa es que lo consiga, pues la obra adolece de cierta candidez y la temperatura igual no sube todo lo que tenía que subir…
Eso sí, la experiencia es curiosa y vale la pena vivirla por aquello de ir al teatro a hacer algo distinto de lo habitual, porque además de intentar ponerte verraco, la obra está planteada como un viaje itinerante por distintos espacios del teatro en los que suceden las distintas escenas que conforman la obra. En un camerino, una chica juega con su novio a través de la webcam; en otro lugar se encuentran dos viejos amigos de la infancia… y “se ponen” al día; y en el escenario asistimos a la que es, sin duda, la mejor de las escenas, la del trío. De los ochos intérpretes destacaremos a Marta Flich, a Alda Lozano y a Rodrigo Ramírez y os advertimos: se mira, pero no se toca. Otra cosa ya es si quieres tocarte tú… ups!