Los estantes de una antigua librería jurídica situada junto a la plaza de Salesas, en Chueca, acogen los perfumes y cosméticos de firmas de autor y de boutique como Diptyque, alta perfumería parisina en pie desde los años 60, o Byredo, mucho más actual, fundada hace una década en Estocolmo, pero igual de exclusiva.
Son dos de las firmas que vamos a encontrar en esta perfumería nicho que desembarca en la capital desde Zaragoza, donde cuenta con su primera boutique. Y la filosofía, la misma: marcas poco o nada comerciales que crean perfumes que cuentan historias. "Cada uno está inspirado en la vida de sus fundadores -también llamados narices-, en alguna experiencia suya, en alguna persona cercana", nos cuentan desde Abanuc.
Eso es lo que tienen en común os perfumes nicho. Eso, y que son muy exclusivos a la hora de buscar y seleccionar sus materias primas. Es lo que hace que estos perfumes sean tan especiales "y lo notas incluso a la hora de llevarlo. No puedes encontrar perfumes iguales a estos en marcas comerciales". Es más, después de utilizar este tipo de perfumes, "los otros ya no te dicen nada y se parecen mucho unos a otros".
Quizá por eso está creciendo tanto el interés por este tipo de perfumes, no solo en gente adinerada, sino en personas que quieren darse un capricho. Por cierto, en la planta baja cuentan con una cabina de tratamientos cosméticos de la prestigiosa firma Eve Lom (solo con reserva previa).
