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Estos días no hará falta coger el coche y hacerse 308 km hasta Jiménez de Jamuz para presentarse con el cuchillo bien afilado en uno de los asadores más laureados del mundo. Es verdad que las carnes del legendario José Gordón ya están presentes en la carta de Rocacho (tanto en el local de Chamartín como el del barrio de Salamanca) pero desde este jueves (5 de junio) y solamente por unos días el mítico restaurante leonés El Capricho se traslada, con mucho más que su irrenunciable chuleta, al centro de Madrid, justo a un paso de la plaza de Callao. A una preciosa terraza ajardinada si preferís comer/cenar al aire libre y no en una mesa interior.
Una de las mejores carnes de buey del planeta desembarca en un hotel de cinco estrellas, en un palacete escondido entre calles estrechas junto al Teatro Real. Apuntad las fechas y reservaos una mesa porque del 5 al 19 de junio el Palacio de los Duques Gran Meliá se transforma en un improvisado y efímero templo para todo gran aficionado a la parrilla, para aquellos que buscan experiencias únicas en la restauración madrileña. La alta cocina que practica la casa se vuelca con la propuesta carnívora de Gordón, quien ha diseñado dos menús cerrados para la ocasión con la idea de traer a la capital lo mejor de El Capricho. De una cecina Gran Reserva de larga curación envejecida en bodega a una morcilla artesanal traída de la montaña leonesa (elaborada a partir, claro, de buey).
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¿Cómo son los dos menús degustación de El Capricho en Madrid?
Más allá de un tomate de temporada, unos pimientos rojos asados a la parrilla y una mantequilla con hierbas de su propia finca, todos los platos son carne. Eso es así. Un suculento monográfico sin medias tintas. Y, obviamente, ambos menús se cierran con una chuleta seleccionada por el jefe de todo esto. Hay una armonía líquida pensada para cada recorrido pero el tema de la elección de los vinos es opcional. Hay un menú Homenaje (190€, iva incluido) que ofrece 13 pases, donde destacan platos como el carpaccio de lomo bajo madurado 6 meses, el tuétano a la brasa con mantequilla de pimienta negra o la icónica chuleta. Y por 140€ (iva incluido) tenéis 8 pases que condensan la esencia del prestigioso restaurante leonés, donde sorprenden unos raviolis caseros de pastrami.
