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Anonymous was a woman

  • Arte
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
  1. Anonymous was a woman
    Maria Lamuy/Galería Fernando PradillaAnonymous was a woman
  2. Anonymous was a woman
    María LamuyAnonymous was a woman
  3. Anonymous was a woman
    María LamuyAnonymous was a woman
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Time Out dice

5 de 5 estrellas

Marina Vargas aterriza en la galería Fernando Pradilla con una exposición que denuncia los abusos en el mundo del arte

'Se acabó' deletrea en lengua de signos una poderosa obra de 'Anonymous was a woman'. La artista Marina Vargas se incorpora a la plantilla de la galería Fernando Pradilla con una propuesta tan dura como necesaria. Para el título de la muestra, Vargas parte de una afirmación de Virginia Wolf en la que la escritora aseguraba que 'anónimo' seguramente era una mujer. La artista hila esta idea con el silenciamiento sistemático e histórico que las mujeres han sufrido también en la cultura. En esta muestra Marina Vargas recoge este silencio y consigue darle voz y cuerpos.


Estas personas narran en un vídeo sus terribles experiencias, entre ellas la propia Vargas

Al entrar al espacio de Fernando Pradilla llaman la atención los collages de gran formato compuestos por pequeños dibujos en los que aparecen mensajes, máscaras, células, órganos o símbolos y, en su conjunto, dan lugar a máscaras y seres humanoides.


Más adelante, encontramos una instalación que ocupa la segunda sala de la galería. Doce máscaras rituales africanas, escogidas por su significado e intervenidas por la artista, se disponen frente a una serie de fotografías en las que aparecen varias personas portando estas máscaras, junto a una breve descripción de los abusos que han sufrido en el mundo del arte: agresiones físicas y sexuales, discriminación, chantaje, tráfico de influencias, listas negras… Estas personas narran en un vídeo sus terribles experiencias, entre ellas la propia Vargas que, tras denunciar en 2018 una agresión en el contexto artístico, vio su carrera profesional paralizada y su vida privada afectada, ya que el estrés del enrevesado proceso judicial desembocó en el diagnóstico de un cáncer de mama.


Lejos de esconder, las máscaras funcionan como un objeto sagrado de revelación 

Con este proyecto, Marina Vargas ofrece un espacio de catarsis para las personas que han sufrido abusos en el mundo del arte, incluida ella misma. Lejos de esconder, las máscaras funcionan como un objeto sagrado de revelación y visibilización de una realidad por todos conocida y por todos silenciada.

Escrito por
Irene Calvo

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