Apertura 2014: la gran fiesta de las galerías de arte

Esta muestra de Stephen Irwin nos sorprenderá: nos gusta porque se trata de un trabajo sobre imágenes de pornografía 'vintage', pero la selección del artista no es sólo sexual, sino que está hecha desde un punto de vista casi amoroso (más bien erótico), que despierta nuestra imaginación (algo siempre bienvenido) y hasta nos hace esbozar una sonrisa. Nos interesa también porque alude a la idea de las identidades cambiantes (tan actual a su vez en la era de internet: podemos ser quien queramos en la red) y porque deja que el espectador reconozca y complete lo que está viendo.

Sólo escuchar la frase que da nombre a la exposición nos hace temblar. Nos lleva a un momento de imposición, a una época de la que hemos sacado lecciones y que no queremos repetir. El valenciano Moisés Mahiques cuestiona, a través de sus dibujos, el sistema de valores contemporáneo. Y nos genera con ellos una emoción. Son dibujos en movimiento, que hablan de muchas cosas, y que también completamos nosotros con nuestra mirada, y en ese sentido esta muestra conecta con la de Irwin. ¿Nos vemos aquí un poco representados? Juzga tú mismo.

El escultor valenciano Miquel Navarro nos tiene acostumbrados a obras de ciudades metafóricas, metrópolis ideales que son a su vez metáforas del cuerpo humano. En esta muestra, titulada 'Monumentos y multitud', volvemos precisamente a esa idea urbana de gran ciudad, con multitud de edificios, con cierto toque espacial y hasta un poco agresivo, casi militar (esos cohetes-balas-edificios-de-metal en fila nos traen a la cabeza imágenes futuristas). Contemporáneo y mucho. La reflexión sobre nuestro porvenir es inevitable.

Acudir a una muestra en la galería de Juana de Aizpuru ya es un buen comienzo. Esta vez, le toca el turno a Dora García, que con su obra 'Exilio' nos pone de bruces ante un tema de rabiosa actualidad. Su serie de trabajos habla de la “marginalidad como posicionamiento artístico, la extrañeza del lenguaje y la poesía como afasia”, explica el dossier de prensa, pero nos vienen a la cabeza la crisis y el exilio de miles de jóvenes que han visto sus sueños truncados en nuestro país y han tenido que emigrar. Para quienes tengan ganas de pensar en política, economía y actualidad.

La galería de Blanca Berlín presenta dos exposiciones en Apertura 2014 que te pueden resultar interesantes. Por un lado, podemos ver fotografías en gran formato del norteamericano (ya fallecido) Chuck Ramírez, que enseñan objetos banales y cotidianos (escobas, cajas de bombones...) para hablarnos de la cultura de consumo (seguro que se te escapa una sonrisa al verlas). Por otro, el argentino Pablo Boneu trabaja con diferentes imágenes yuxtapuestas, casi a modo de estructura, que nos hacen reflexionar sobre lo oculto, lo que se haya de fondo, y también sobre la idea de la repetición en serie de un objeto.

El japonés Yoshihiro Suda no te dejará indiferente: conocido por trabajar con flores hiperrealistas en madera (y usando siempre herramientas tradicionales japonesas), nos presenta una obra donde las esculturas en cuestión son sólo la mitad de dicha obra. La otra mitad es la instalación. Se trata de un maravilloso trabajo que roza lo poético, puesto que vemos a esas flores, comunes y corrientes, 'malas hierbas' ('weeds') no deseadas por el ser humano, abriéndose camino entre el cemento. Son creaciones estáticas e infértiles, y sin embargo llenas de vida.

Y en medio del caos, se hizo la tranquilidad. En plena vorágine, nos detenemos a tumbarnos en la hierba (o a dormir en una tienda de campaña bajo las estrellas). Esto es lo que parece proponer una de las poéticas muestras que podremos ver esta temporada en la galería Marlborough, donde lo tradicional se expresa como un valor.  Alfonso Albacete nos lleva de vuelta a la luz del Mediterráneo, bajo la influencia de los expresionistas americanos. Enfrente, Joaquín Barón parece dibujar un cómic que nos habla sobre el ser humano y que nos impactará por su colorido y sus figuras, tan contemporáneas ellas.

Quieren se interesen por descubrir un sentido de las cosas diferente de al que estamos acostumbrados disfrutarán enormemente con esta exposición, donde el colaborador de las producciones de Robert Wilson Christopher Knowles expone divertidos, expresivos, milimetrados, obsesivos y coloridos dibujos (realizados con una máquina de escribir con tintas de colores que incluyen listas de palabras y frases de la vida del artista), pinturas, audios y perfomance, que nos llevan a su peculiar universo. No en vano Knowles (diagnosticado de autismo) fue uno de los nombres clave de la vanguardia neoyorquina de los setenta.