El Museo Nacional de Antropología acoge una exposición que cuestiona y pone en entredicho el origen y el uso de bustos creados desde los siglos XIX y XX para sustentar teorías racistas en diversas disciplinas.
Lejos de tener un valor artístico, estas piezas fueron herramientas fundamentales en la consolidación de discursos científicos erróneos que justificaron la discriminación y la jerarquización de pueblos no europeos, especialmente durante el siglo XIX, basándose en la frenología y otras pseudociencias.