A menudo nos planteamos nuestra relación como seres humanos con la Tierra, debido al cambio climático, la sobreexplotación de recursos naturales o la pérdida de biodiversidad, entre otros problemas, pero no solemos imaginar un a nueva forma de vivir en armonía con el planeta. Terrafilia reflexiona sobre estas cuestiones y nos anima a soñar con una Tierra de la que formemos parte activa, también desde otras perspectivas como la decolonial, la espiritual o la ecológica.
El curioso diseño expositivo, realizado por la arquitecta Marina Otero, parece abrazarnos y transportarnos al centro de una célula con sus membranas. La muestra se divide en seis secciones que abordan desde nuestro papel en la Tierra, los aspectos místicos y religiosos de nuestra relación con la naturaleza o los hallazgos científicos que han marcado nuestra manera de entender el planeta, hasta los relatos sobre el origen del universo, entre otros temas. En estos seis capítulos interrelacionados encontramos más de cien obras de las Colecciones Thyssen-Bornemisza que, a pesar de pertenecer a periodos muy diferentes, establecen un diálogo visual y conceptual inesperado y muy emocionante. Podemos ver una escultura de Auguste Rodin junto a unas cerámicas de Inês Zenha, una instalación de Olafur Eliasson frente a una pintura del siglo XVII, obra de Jan Jansz. van der Heyden, o un óleo de Jan Brueghel el Viejo junto a otro de Yves Tanguy y un acrílico de Hervé Yamguen, realizado en 2023.
Ya en la primera sala podemos observar –y oler- un gran artefacto de vidrio que forma parte de la instalación olfativa inmersiva que ha elaborado para esta muestra la artista Sissel Tolaas. Cada sección cuenta con un olor especialmente diseñado, en consonancia con la temática de la sala.
Terrafilia, además, ofrece a los visitantes distintos niveles de profundización en la exposición. Desde disfrutar de las obras y su parte más estética, hasta leer detenidamente los textos expositivos y realizar la reflexión que propone el discurso de cada sección.