Si consigues pasar de la puerta de El Tigre, pide una caña o una sidra y maravíllate ante las considerables tapas que te pondrán con ella. Patatas bravas, jamón serrano, tortilla… gratis claro. Y con cada ronda varía y aumenta. El bar es algo ruidoso y siempre hasta los topes, normalmente de grupos de amigos jóvenes, estudiantes que con tres cañas salen comidos, pero vale la pena adentrase por el tamaño de esas tapas.
Ya sea por su ubicación o por la fama que les precede, hay ciertos bares de Madrid que son perfectos para cierto tipo de profesiones. Quizá no tengan nada de especial y serían como cualquier otro bar si no estuvieran ubicados por ejemplo frente a una parada de taxis, en pleno centro financiero de Azca, junto a un teatro o porque sus precios fueran tan increíblemente bajos que hasta los estudiantes universitarios se pueden permitir varias rondas. ¿Os suenan más bares de este tipo?
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