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Harrison 1933

  • Bares y pubs
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
  1. Harrison 1933
    M.A. Palomo
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Time Out dice

4 de 5 estrellas

Es la penúltima gran apuesta del grupo Larrumba, un bar en plena Milla de Oro que se acuerda del acta y el año que puso fin a la Ley Seca. Un bar por encima de todo, donde no solo se agita la coctelera sino que admite beberse una cerveza, un agua con gas, un cubata o picar un plato de jamón. Que además tiene noche, o aspira a tener más en estos tiempos raros. Donde suena Rick James o Chuck Berry a un paso de la Puerta de Alcalá.

En la parte de arriba de este local esquinero el cóctel es dominante para degustar en mesas bajas frente a las cristaleras. La cueva del piso inferior es terreno de copas para continuar la fiesta los fines de semana. Esa moqueta como de club formal se termina escaleras abajo junto a la impactante pared botellero y allí se da paso a un privado más una sala abovedada de ladrillo donde el dj marca el ritmo.

Pero la barra principal es la protagonista de Harrison 1933, y en ella Carlos Moreno es su dueño. El jefe de barras de Larrumba ya es más que un barman, aunque sigue siendo él mismo, aquel que llevó la coctelería madrileña a otro nivel en el Urban, O’Clock y StreetXO. Para su nueva criatura se ha marcado una carta ambiciosa y personal (incluso con un mapa mental, "ese es Carlos Moreno, mi filosofía de vida y de bar"), en cuyo elegante formato la información aparece vinculada y la receta tal cual en un ejercicio de máxima transparencia: "La misma chuleta que tiene el bartender, no escondemos nada". Al fin y al cabo, es un bar que celebra el triunfo de la libertad. Con una posteridad líquida que parte del servicio y con la que Carlos no pretende dejar indiferente a nadie.

Su obsesión por crear le lleva a dividir la carta en Repertorio, con las 15 obras de arte que transforma en cócteles de autor, y en clásicos con el twist de Harrison. 'Como el agua' -se bebe como ídem- pertenece a la primera parte, un gimlet largo, fresco y aromático. Moruno, además. Con base de ginebra, vermut infusionado con aceitunas malagueñas y eucalipto, un cordial de rebujito (manzanilla, solución cítrica y limones encurtidos al estilo marroquí) y un bitter a la andaluza. 'Guernica' habla de la resiliencia del ser humano. Cuando se va el humo (del bombardeo y del palo santo) queda cierto recuerdo agridulce de algo mejor (los pimientos de Gernika) y aparece un daiquiri complejo. 'Forrest Gump', en su caso, se acompaña de un pan de gambas y parte de un Mint Julep con bourbon picoso, bombón de chocolate, hierbabuena y ginger ale. Así 'My Way', 'El viejo y el mar', 'Cadena Perpetua'…

En la segunda sección, el 'Negroni 72' es más amable para ser más redondo de entrada por la maceración con frutos rojos caramelizados en la sartén. Pero sigue siendo amargo. Su 'Penincilin' no lleva miel y sí un ahumado suave y más cítrico de lo habitual. Y el 'Espresso Martini', que no lo es tal sino un trago algo más completo, se lo trae Carlos de Fanático
con una mezcla de cafés y piña colada para levantar la moral.

Quedan algunos cócteles sin alcohol, y cualquier clásico ortodoxo que se quiera ordenar. Es la libertad deseada por Harrison 1933 de beber sin ataduras en una nueva era.

Por Miguel Ángel Palomo

Detalles

Dirección
Recoletos, 16
Madrid
28001
Transporte
Retiro (M: L2)
Horas de apertura
Do., Lu., Ma. y Mi. de 17:00 a 3:00 h. Ju., Vi. y Sa. de 17:00 a 4:00 h.
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