Time Out en tu buzón de entrada

Buscar
Ricardo Gómez
©Alfredo Arias Horas

Ricardo Gómez: “Nada me apetece menos que hacer lo que se espera de mí”

El actor deja atrás al Carlitos de 'Cuéntame' y consolida el estimulante giro de su carrera con un doblete de estrenos en cine y teatro

Escrito por
Àlex Montoya
Publicidad

Cuando has pasado de la niñez a la adolescencia, y de ahí a la adultez, siendo escrutado por la media España que seguía 'Cuéntame', parece complicado mantener la cabeza en su sitio. Pero nadie diría que Ricardo Gómez (Madrid, 1994) haya sufrido ni medio síntoma de fama mal llevada. Y ojo, que hablamos del niño más popular del país durante años. Tras abandonar la serie en 2018 (“me pregunté qué quería hacer, sentía que navegaba a favor de la corriente”), la transición de niño prodigio a actor inquieto llegó en los escenarios ('Rojo', con Juan Echanove, y 'Mammón', con Marcel Borràs, Nao Albet e Irene Escolar) y con una primera película ('1898: Los últimos de Filipinas') por la que fue nominado al Goya. 

Vista su trayectoria, es evidente que al actor le va la marcha, en forma de proyectos arriesgados como 'Mía y Moi' (sobre dos hermanos en proceso de duelo, tras la muerte de su madre) o como la obra teatral 'El hombre almohada' (“un textazo de Martin McDonagh, con cuatro personajes con una oscuridad muy jodida, a punto de explotar, y con Belén Cuesta que es maravillosa”), que estrena el 21 de mayo en un insólito doblete, motivo de esta charla. Muy risueño, con la hamburguesa de nuestra portada ya digerida, Gómez nos atiende desde Canarias, donde rueda el thriller 'La casa entre los cactus', y vía zoom (“me pongo a la luz, que en penumbra y con esta barba parezco Charles Manson”).

Da la sensación que una peli como Mía y Moi, con solo cuatro actores y rodada en una masía alejada del ruido, ha sido un proyecto de creación colectiva.
En cierta manera sí. Todo nació en una cena, con Bruna y con Borja. Él tenía ganas de dirigir, y de contar con nosotros, nos lo planteó y dijimos que sí. Pensábamos que era el típico chascarrillo de sobremesa, pero al día siguiente ya teníamos un tratamiento de guion en el correo. Pusimos fecha y durante un año lo fuimos haciendo crecer, de una manera un poco outsider, fuera de la industria. Nos implicamos muchísimo, cuando ya se incorporaron Eneko Sagardoy y Joe Manjón hubo muchísimo trabajo conjunto, de creación y de bagaje para añadirlo al rodar. Fue un proceso muy íntimo y emocionante.

Buscaba ponerme en peligro, avanzar como actor, y hacer trabajos que me pusieran en alerta

Una película tan intensa y dolorosa... ¿lleva más al límite a un actor?
(resopla) Según mi experiencia diría que sí, es mucho más jodido partir de un lugar oscuro y lleno de mierda, como ocurre con el personaje de Moi, que afrontar un curro como el de 'Donde caben dos', que habla de intercambio de parejas y gloryholes, y que permite meterle humor al asunto, que es algo que siempre trato de hacer y que era imposible con Mía y Moi. De hecho, durante el rodaje estuve un poco out, un poco a mi aire, creo que me era mucho más difícil pasar de estar de risas con Borja, Bruna, Joe y Eneko, a entrar en la oscuridad, en el estado casi zombi, que me pedía el personaje. 

Entiendo que decidiste dejar Cuéntame buscando este tipo de retos.
Sí, absolutamente. Buscaba ponerme en peligro, avanzar como actor, y hacer trabajos que me pusieran en alerta. Tampoco sé hasta qué punto se puede decidir en esta profesión: había una intención, es cierto, y voy haciendo camino. Y a mí me encanta el mainstream, '1898: Los últimos de Filipinas' era una gran producción, y tanto 'El sustituto' como 'Donde caben dos' buscan a un gran público. Pero supongo que mi momento personal me pedía salir del foco mediático, con tres millones de personas viéndote todas las semanas, y arriesgar un poquito más, demostrarme que podía hacer otras cosas. Y eso no siempre es fácil. Pero me gusta esa sensación de no hacer lo que esperan de ti. En todo caso, no hay ningún rechazo ni siquiera a volver a la televisión, la cosa es volver al foco cuando uno está preparado para que vuelvan a enfocarle.

¿Te lo pusieron fácil?
Mucha gente me decía que estaba loco, que la estabilidad que me daba una serie como 'Cuéntame' no la encontraría en ningún sitio. Pero los que me quieren, las personas de mi entorno, me comprendían perfectamente y me animaron a hacerlo, a enfrentarme al miedo lógico. Claro que no fue fácil, claro que dudé, pero de lo que estoy más contento es de haber sido fiel a mi convicción. Es que nada me apetecía menos que hacer lo que la gente esperaba de mí.

De lo que estoy más contento es de haber sido fiel a mi convicción

¿En algún momento viviste con la duda de la mala transición de tantos niños prodigio a actores adultos? 
Evidentemente conocí esa idea muy pronto, quien más quien menos te hablaba de Macaulay Culkin. Pero supongo que soy un poco insconsciente, y tenía y tengo la seguridad de que eso a mí no me iba a pasar. No sé, había un arrojo, una autoconfianza grande. Y es algo que hasta da cierto pudor decir en voz alta, no me considero nada arrogante, pero si confío en algo es en mí mismo, creo que tengo una autoestima sana. Pero como me dice siempre David Serrano, no celebres todavía (risas).

Tienes 27 años y llevas 20 trabajando. ¿Cómo has gestionado la exposición pública? Porque si la adolescencia ya invita a una colleja a tiempo, no me imagino la adolescencia con fama...
(risas) Es verdad que una hostia podía tenerla en algunos momentos. Y ahora mismo... a lo mejor también la tengo (risas). Siempre he tratado de separar mucho mi vida profesional de la personal: mantengo a mis amigos del instituto, del pueblo, de toda la vida, que me dan una gran estabilidad, y que me mantienen enganchado a ser yo mismo. Después, por trabajo, he conocido a gente maravillosa que también ha entrado en mi vida: Bruna, Nao, Marcel, Irene, Àlex Monner, Miki Esparbé, Carlos Cuevas, Álvaro Cervantes... Coincide que muchos de ellos son de Barcelona y ese entorno me ha acogido muy bien (tanto que ya habla un catalán estupendo) y me ha ayudado no solo a encauzar nuevos proyectos sino también a aprender muchísimo de ellos y con ellos.

En 'El Sustituto' eres un policía que persigue nazis en la Costa Blanca... Sucede en los años 80 pero no sé si nos pone un espejo ante el auge de la extrema derecha de hoy día.
Es un thriller que no renuncia a las claves del género, pero lo más interesante es el marco que utiliza, que es relativamente original. No sé si hay muchas películas, yo no he visto ninguna, que hablen de cómo el franquismo permitió que algunos de los nazis más buscados vivieran en España a cuerpo de rey. Contamos algo que tiene una conexión con el presente, cada vez mayor: en la película se escoge una fecha muy concreta, 1982, el año del cambio, con esa sensación que todo iba a ser diferente. Y bueno... así estamos...

No hay que irse muy lejos para ver que hay un tipo de discurso que han traído lo peor de la historia

Viendo como la extrema derecha campa a sus anchas, con un discurso cercano al de los nazis.
Creo que todos debemos poder expresarnos, pero si lo que tú dices ataca a mi libertad, a mi seguridad, al estado del bienestar... me da igual cómo lo maquilles, estás defendiendo unas ideas impropias de un mundo que tendría que ir hacia la libertad, hacia la multiculturalidad, hacia un mundo donde todos sean quien quieran ser y amar a quien quieran amar, y cualquier discurso que atente contra todas esas libertades es un discurso peligroso. Porque la historia nos ha enseñado que lo que en un primer momento nos parece impensable, después nos parece que no es para tanto, después que tiene un techo, y el techo acaba siendo mucho más alto de lo imaginado. Y no hay que irse muy lejos para ver que hay un tipo de discurso que han traído lo peor de la historia de la humanidad, sus momentos más oscuros. Todo lo que sea legitimar ese tipo de discursos, de hacer ver que son tan válidos como los que defienden la igualdad...

¿Es difícil manifestarse como personaje público con las reacciones inmediatas, muchas veces salvajes, que se dan en los medios de comunicación y en las redes? 
Como personaje público, y lo soy quiera o no quiera, hay un equilibrio muy jodido entre opinar sobre algo de lo que no tienes ni puta idea y manifestar unas convicciones. Lo que yo opine sobre lo que no sé no tiene ninguna importancia. Eso tampoco significa que zapatero a tus zapatos, porque todos tenemos derecho de opinar, en cuanto a ciudadanos, de asuntos que afectan a nuestras libertades individuales y sociales. Por el presente del periodismo, si nos ponemos a hablar del Covid o de la extrema derecha, seguramente lo que yo te diga irá en titulares. Y yo de lo que sé es de mi trabajo. No veo al director de Pfizer hablando de cine... Yo creo en el compromiso social, en hablar de cosas que considero justas. Pero ser trending topic en twitter por mis opiniones... y recibir miles de insultos, y también de halagos, porque vivimos en un país que, por su historia reciente, tiene a la mitad de sus habitantes pensando que las cosas son blancas y a la otra mitad creyendo que son negras. 

Hablas de las redes sociales, tú las usas...
Cada vez menos... han conseguido que me vaya desvinculando. Leo mucho y hablo poco. Recuerdo que en Twitter encontré una herramienta interesante para hablar de lo que pensaba sobre muchas cosas. Pero en los últimos años he sentido una crispación ferviente y muy jodida. Es fácil refugiarse en el anonimato, decir cualquier cosa y seguir con tu vida. Twitter tiene muchas cosas que me interesan, pero hay un submundo de reacciones e insultos gratuitos que han hecho que cada vez me exprese menos. 

Me gustaría haberme estrenado como director, que es algo que me persigue desde hace tiempo

Estrenáis 'El hombre almohada' el 21 de mayo, el mismo día que 'Mía y Moi'. ¡Menudo doblete!
El Real Madrid y yo, haremos doblete (risas). La obra es increíble, un textazo de Martin McDonagh, con cuatro personajes con una oscuridad muy jodida, siempre a punto de explotar, y trabajar estas cosas en el teatro, con una compañera como Belén Cuesta que es maravillosa... todo está fluyendo y tengo muchas ganas de estrenar esta función.

¿Cómo te ves en unos cuantos años?
Por un lado querría seguir haciendo proyectos que me estimulen como actor, y si es con amigos mucho mejor. Y por otra parte me gustaría haberme estrenado como director, que es algo que me persigue desde hace tiempo, que tengo claro que quiero hacer y que voy trabajando. He hecho algún corto, y tengo esa pulsión. Cuando has pasado tantas horas en un set es imposible no fijarse en cómo se hacen las cosas. Durante años trabajo en la visión de otra gente, pero también tengo mi propia visión, y estoy desarrollando un par de proyectos que espero que algún día salgan. 

Recomendado
    También te gustará
    También te gustará
    Publicidad