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5 motivos para ver 'Los increíbles 2'

Escrito por
Josep Lambies
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De antifaz negro y vestido de licra roja, el clan de 'Los increíbles' llegó a nuestras vidas en un lejano 2004, justo después de 'Buscando a Nemo', cuando Pixar ya se había convertido en la casa santa de la animación americana. Catorce años después, se estrena su secuela, 'Los increíbles 2', una cinta con nervio y adrenalina que está a punto de convertirse en la gran alegría de la cartelera de verano. Nosotros os damos 5 razones de peso para convenceros de que no os la podéis perder.

1. Otra aventura doméstica. La brillante propuesta de Brad Bird en 'Los increíbles' fue subvertir el arquetipo del superhéroe de calzón ceñido y pectorales tersos como dos bongos africanos, para convertirlo en un padre que sale del trabajo enfurruñado y llega a una casa donde le toca cambiar pañales. Desde Pixar siempre han demostrado un especial cuidado a la hora de ahondar en los universos familiares, desde la madre que veía crecer a sus hijos, rollo 'Boyhood', en las tres películas de 'Toy story', a la madre de 'Del revés', que pensaba en su amante brasileño mientras sorbía fideos chinos. El gran logro de 'Los increíbles' es que traslada al típico justiciero supersónico a un ambiente doméstico, en el que el despertador suena cada mañana, el bebé llora por la noche y los platos de la cena nunca se friegan solos.

2. Es una historia de empoderamiento. Cuando se estrenó 'Frozen', Disney quiso presumir de haber convertido un cuento de hadas en una película feminista. Y un cuerno. La auténtica película de animación feminista es esta. Con más mordiente si cabe que su predecesora, 'Los increíbles 2' es un relato de empoderamiento. Aquí, el hombre fortachón se queda en casa ocupándose de los niños y de la intendencia, con un delantal y unas gafas para corregir la vista cansada, mientras su elástica mujer se va a salvar el mundo. Ella es la superheroína, montada a lomos de su moto reluciente, con esos brazos que se estiran como el chicle, con esa rabia felina que se expresa sobre un par de botas de caña alta y, a la vez, con esa media melena de mamá que te prepara una rica merienda. 

3. La animación es brutal. Aún así, lo mejor que se puede decir de 'Los increíbles' es que es un puro disfrute visual. Ahí está la chica de goma que se hincha como un paracaídas para parar un tren. Ahí está ese nuevo superhéroe que crea pliegues espaciales circulares con borde iridiscente. Ahí está el bebé, Jack-Jack, saltando a otra dimensión con solo apretar el botón del mando de la tele, igualito que la niña rubia de 'Poltergeist'. Si algo caracteriza el universo de Pixar es su capacidad de generar sorpresa a través de sus colores. Recordemos la casa de 'Up', tirada por un montón de globos de colores que la arrancaban de sus cimientos y la hacían elevarse en el cielo. Recordemos los marcianitos verdes que rodeaban a Buzz Lightyear. Recordemos los farolillos pintados y los alebrijes fluorescentes de 'Coco'. Es magia.

4. Dos escenas divertidísimas. La primera tiene que ver con el bebé, Jack-Jack. Al final de la primera película veíamos cómo desarrollaba sus superpoderes, en un gag aéreo que era decisivo para la resolución de la historia. En esta nueva película, el gag se convierte en una de las tramas paralelas más apetecibles y sofisticadas. No haremos spoilers. Bastará con decir que hay un momento en el que lucha contra un mapache que es de antología. La segunda escena divertida tiene que ver con Edna Moda y esa extraña guarida en lo alto de la colina donde diseña trajes de alta costura para superhéroes. Tampoco diremos mucho más. Habrá fuego, pirotecnia y música de Mozart para amansar a las fieras.

5. Pixar nunca falla. Uno de los méritos de Pixar es que ha roto con ese estigma agotador de que el cine animado es un feudo infantil. Detrás de cada uno de sus personajes hay un desarrollo psicológico muy elaborado, un trabajo de las emociones complejísimo. Ahí está el crítico gastronómico de aspecto siniestro de 'Ratatouille', que al probar una rodaja de calabacín se veía catapultado a la infancia. Ahí está la niña de 'Del revés', en su trance traumático hacia la adolescencia. Ahí están todos los elementos de 'Coco', dispuestos para crear una fábula triste y certera sobre el duelo y el recuerdo, sobre aquella parte de nosotros que se consagra a la memoria de los muertos. Entrad en la familia de 'Los increíbles', en sus preocupaciones, en sus complejos y en su corazón. Es muy probable que, detrás del antifaz, todos encontremos una pizca de nosotros, de lo que somos, de lo que sentimos.

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