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Parece que nuestro río empieza, poco a poco, a cobrar nueva vida, a ser ocupado por un número cada vez más de especies. Aumenta la vegetación arbustiva y arbórea, se mantienen las especies autóctonas y crecen exponencialmente el número de peces (han vuelto el barbo y el gobio). Y eso ocurre también en el tramo más urbano del Manzanares donde, según cuentan desde Ecologistas en Acción, se pueden observar ya más de 90 especies.
Desde la organización, que trabajaron en el proyecto junto a los servicios municipales y basándose en modelos de otras ciudades europeas como Múnich, celebran no solo esta evidente renaturalización sino la correspondiente mejora de la calidad del agua. "Los resultados hablan por sí mismos", ha asegurado a Europa Press uno de sus miembros, que ha destacado que en cinco años han crecido árboles de hasta 14 o 15 metros de altura y que el agua se ve "cristalina" al fondo, ya no tiene malos olores y se ha reducido el número de mosquitos.
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