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El Café Naves de Matadero, en la Nave 12 (la de los teatros) necesitaba un rediseño intensivo, mucho más que un lavado de cara que le devolviera a la vida y lo convirtiera en algo más que una sala de espera inevitable antes del comienzo de la función en las Naves del Español. Y parece que por fin se ha conseguido, tanto en la nave principal interior como en la terraza exterior, gestionados ahora por La Francachela, los mismos que ya han llevado su cocina de proximidad y hecha con productos artesanos a Medialab Prado y Talent Garden.
En la transformación estética del nuevo espacio, que mañana martes 18 de febrero se inaugura oficialmente, han participado dos de los diseñadores británicos multipremiados del momento, Morag Myerscough & Luke Morgan, y la arquitecta madrileña Paula López Barba. ¿Qué es lo que han hecho? "Transformar el lugar en un espacio abierto, luminoso y colorido, en el que las personas y las plantas sean protagonistas", afirma la madrileña en un comunicado. Y, de paso, rescatar la grandeza y belleza original del espacio, poniendo en valor su arquitectura. Los mosaicos tradicionales del exterior de las naves han servido de inspiración para los patrones geométricos de la intervención interior, por ejemplo.
¿Os acordáis de las mega cortinas que dividían el espacio en dos? Se han eliminado, igual que los vinilos de los ventanales que quitaban luz natural. La que no desaparece es la grada, pero se ha llevado al fondo para aprovechar mejor el espacio y hacerlo más acogedor de lo que era. En esta nueva vida prevista para el café parece clave la elección de los materiales de sus muebles, muchos diseñados por el estudio británico, como la enorme mesa icónica de Morag Myerscough y Luke Morgan que habita en este espacio.
© Matadero
Hay mucha madera natural y reciclada. "Los paneles del quiosco exterior son de madera de cedros caídos por el viento en 2018 en la Casa de Campo" y "la madera de las ocho grandes mesas de cuatro metros de largo es de pinos silvestres caídos tras una tempestad en las sierras de Soria". Y las plantas, que todavía son pocas, colonizarán todo el interior en breve, con jardineras móviles y elementos separadores de zonas, para poner esa otra nota de color en este espacio gris e industrial vinculado a la historia de Madrid.
El renacido Café Naves pretende ser un espacio acogedor y la nueva paleta de colores, viva y alegre, es clave. Si hace mucho que no pasáis por ahí, os va a sorprender el espacio. Porque el resultado es como el día y la noche. Si antes de la intervención parecía un local solo de uso nocturno, ahora el espacio se ha abierto no solo a la ciudad sino a la luz del día.