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Ver a Pikachu o Bob Esponja tambaleándose sobre el kilómetro cero, o dar unas monedas a las estatuas humanas en posiciones imposibles frente al reloj de la Puerta del Sol tiene los días contados. Mimos y estatuas humanas abandonan la céntrica plaza ante las últimas medidas acordadas por el Ayuntamiento de Madrid: restricción de las estructuras de las estatuas vivas y obligación de los 'mimos' y otros disfrazados de personajes de ficción a actuar con la cara descubierta.
El Ayuntamiento de Madrid ha justificado estas medidas en asegurar la seguridad de la Plaza, muy visitada por los turistas, con la intención de evitar cualquier posible amenaza a la seguridad pública y, al mismo tiempo, regular esta actividad económica hasta ahora fuera de los cauces legales y la ocupación gratuita del espacio público ejercida por estos artistas callejeros, que habrían llegado a saturar la plaza.
En las últimas semanas, la Policía ha estado retirando y disuadiendo a las estatuas humanas y a los muñecos animados de Minnie Mouse, Peppa Pig u otros personajes de ficción que se habían hecho en los últimos años un clásico de la Puerta del Sol pero que también habían provocado roces con comerciantes de la plaza por el aprovechamiento sin el pago de tasas de espacios tan claves en la capital.
"No existe ninguna regulación específica sobre este tipo de actuación y estamos viendo cómo conjugar la protección de los espacios emblemáticos con los derechos de las personas a desarrollar su actividad laboral y profesional y la ocupación del espacio público", ha indicado la portavoz municipal Rita Maestre tras la Junta de Gobierno de esta semana.
Mientras los mimos y estatuas humanas se mudan a otros parques y plazas, como la de Oriente, el Ayuntamiento se está planteando aplicarles una legislación similar a la aplicada a los músicos callejeros de Madrid.