El puro centro de Madrid y el kilómetro cero de todas las carreteras de España. En el siglo XVi, la Puerta del Sol era uno de los accesos de las afueras de la villa. Recibió este nombre por el sol que adornaba la puerta de entrada. Concebido como un paso ensanchado con un constante tránsito de personas, pronto se instalaron allí pequeños comerciantes que trataron de hacer negocio aprovechando el ir y venir de los madrileños.
Son muchos los edificios que se construyeron y que o bien no han sobrevivido al paso del tiempo o ha sido derribados, como la Iglesia del Buen Suceso, el Convento de San Felipe el Real o el de Nuestra Señora de las Victorias. Actualmente, la construcción más importante de la zona es la Casa de Correos, sede del gobierno de la Comunidad de Madrid.
La plaza acoge también uno de las estatuas más emblemáticas de la ciudad, el Oso y el Madroño, con 4 de metros de altura, 20 toneladas de peso y siempre rodeada de grupos de turistas.