El Real Jardín Botánico de Madrid fue creado para Carlos III por Juan de Villanueva y el botánico Gómez Ortega en 1781. Justo al lado del bullicio del Paseo del Prado y al sur del Museo del Prado y sus correspondientes colas, dentro de este lugar profundo, verde y luminoso, con más de 30.000 plantas de todo el mundo, es fácil sentir que la vida de la ciudad ha quedado en suspenso. Durante todo el año la naturaleza del parque nos deleita con un espectáculo, pero hay momentos clave, como la floración de los tulipanes, la primavera, el otoño, la celebración de 'Naturaleza Encendida' o la selección de la rosa más bonita del mundo, que son citas imprescindibles.
Un cartel a la entrada pide que trates los jardines como si fueran un museo, pero siéntete libre de disfrutar de una lectura o un descanso durante un buen rato: este es uno de los mejores lugares de Madrid para hacerlo.
El Real Jardín Botánico es lugar por el que dejarse caer con la única finalidad de perderse por sus caminos para encontrar encantadores rincones o maravillarse con las especies que acoge en sus parterres. Ahora bien, también es lugar para eventos, muchos y variados. Conciertos, espectáculos de luces, recreaciones de otras épocas, exposiciones, cursos… La nómina es larga y estar al tanto de su programación es posible leyendo hasta el final de este artículo.
El Real Jardín Botánico ofrece varios tipos de entradas. Una completa que incluye la visita al jardín y además a las exposiciones del Pabellón Villanueva tiene un precio de 6 euros por persona. La entrada sencilla para visitar sólo el jardín cuesta 4 euros.
Como muchos museos y otros espacios de interés de Madrid, el Real Jardín Botánico también ofrece unas horas de visita gratuita, sin necesidad de pagar entrada. Así que si quieres visitarlo gratis puedes hacerlo los martes de 10 a 13 h.
Todo lo que puedes hacer en Madrid es probable que lo encuentres en estos artículos.
La Sala del Invernadero de los Bonsáis del Real Jardín Botánico alberga una exposición del artista Pablo San Juan, que presenta su obra fotográfica que investiga la sensualidad y el magnetismo de las flores a través del antiguo soporte fotográfico instantáneo “peel apart”, obsoleto en la actualidad.
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