“Comida saludable con toque mediterráneo. Salvo el vino, los refrescos y el pan, que es del obrador San Francisco, cada ingrediente –desde las salsas al ahumado del salmón– se procesa en nuestra cocina. La máxima es que todo el mundo disfrute ya sean unos oficinistas de menú o tu amig@ vegan@”, señala Carla, directora de operaciones de esta marca con nombre de lechuga. Al expositor de tres metros, sumadle un nutrido calendario de talleres, el bol de la semana, exitosos hummus, innumerables cremas y bebidas propias como el adictivo té negro con melocotón y romero, que podéis rellenar cuantas veces queráis.
Antes del plato, estaba bol. Id a ver qué os encontráis en las vitrinas del Museo Arqueológico y nos contáis. Ahora, claro, igual que se pasó del plato redondo de toda la vida a las vajillas más sorprendentes, el bol sube un peldaño, no tanto en el continente como en el contenido. En este territorio casi todo tiende a lo healthy pero hemos seleccionado alguna curiosa apertura y algún clásico con palillos.
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