Autor: Anton Chéjov. Director: Carles Alfaro. Intérpretes: Adriana Ozores, Malena Alterio, Ernesto Alterio, Fernando Tejero y Enric Benavent.
Para cocinar un éxito teatral que tenga su toque culto sin dejar de estar destinado a todo tipo de público, conviene coger un autor indiscutible, pero mirar a sus obras menores; llamar a un director solvente y rodearse de un póker de intérpretes que siendo famosos por la tele o el cine, sean buenos actores, que esto no ocurre tanto como podría pensarse. La elección te permite hablar de la vida a partir del propio teatro y echarte unas buenas risas a costa de esos pobres personajes que pueblan los textos del primer Chéjov, el que todavía era más médico que escritor. Será por eso que la función ha sido titulada con la onomatopeya del estornudo. Nada más democrático, por contagioso y compartido, que la risa… y la gripe.
El resultado es esta obra que hila cinco textos del autor ruso, que se nos va innecesariamente a las dos horas y media casi, pero que es precisamente de la mitad hacia el final cuando resulta más descacharrante. Tener al público hora y pico esperando las carcajadas no mola, pero es verdad que con 'El oso' que se marcan Adriana Ozores y Ernesto Alterio y 'La petición de mano' protagonizada por Fernando Tejero y Malena Alterio, a uno se le olvida que antes no abrió la boca para estornudar, sino para bostezar. El quinto en discordia, Benavent, pareciéndome el mejor actor de los cinco, creo que está desaprovechado.
En general están bien, a ratos tan exageradamente grotescos como lo demanda el tipo de montaje, donde, hay que decirlo, hay un trabajo de vestuario soberbio (de María Araujo), que son cosas que no siempre se destacan, y hay que hacerlo. En definitiva, un divertimento con mucho aspaviento perfecto para el entretenimiento.