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Luces de bohemia, de Alfredo Sanzol

  • Teatro
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Luces de bohemia
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Time Out dice

3 de 5 estrellas

Tan complicado es abordar la dirección de 'Luces de bohemia' como valorar una propuesta sobre el texto de Valle Inclán. Lo académico tiñe cualquier aproximación. Max Estrella y don Latino son un poco examen de Selectividad y otro poco figuras mitológicas; es fácil pontificar sobre si tal o cual montaje 'participa' de la idea de 'Luces de bohemia' lo suficiente... A diferencia de otros textos clásicos, que ya han sido manoseados, desestructurados, reconvertidos, apuñalados y revividos, 'Luces...' sigue pasando por lo que de él nos contaron. Nadie, en su recepción del montaje, puede sustraerse a Lázaro Carreter. 

La sensación que da la apuesta de Alfredo Sanzol, si me permiten el ejercicio adivinatorio, es que ha intentado ir directamente al texto en lo que se refiere a la construcción de personajes y escenas, y se ha dejado llevar por el imaginario colectivo en la escenografía, apostando por unos paneles de espejo, que por muchas figuras que puedan hacer siempre se hacen muy presentes en los cambios de escena, con su desplazamiento y colocación. Intentando hacer el mismo ejercicio que el director, esto es, desprenderme de lo que debería ser para enfrentarme a lo que es, si algo me ha parecido revelador de este montaje es que la figura del espejo me resulta más interesante como metáfora que como recurso escénico. La atmósfera que generan, unida a la desnudez del espacio escénico, evocan hacia un lugar distinto al de la acción. 

La segunda revelación está en la disparidad entre la mecánica teatral de algunas escenas. Algunas, como la del periódico o la del café junto a Rubén Darío, funcionan magníficamente bien, mientras que en otras el conflicto está más diluido. Lo que sí resulta brillante puesto en pie es el diálogo irónico, chispeante, vivaz: casi siempre ajustado, a veces, para mi gusto, con poca amargura. El cinismo, lo escriba quien lo escriba, es amor transformado en hiel. El amor sí estaba. 

Increíble el trabajo del elenco. Jesús Noguero parece transformista nato, desde el pasar desapercibido como guardia hasta defender el mítico 'Cráneo' con una cogorza tan inverosímil como creíble. Ascen López también es camaleónica, y en sus huecos siempre encarna sin grietas. Cuando Natalie Pinot fuma, aparece la gravedad en escena. Ángel Ruiz es todos los hombres de principios del s. XX. 

Texto: Ramón María del Valle-Inclán. Dirección: Alfredo Sanzol. Intérpretes: Gon Ramos, Jesús Noguero, Natalie Pinot, Ángel Ruiz, Ascen López, Juan Codina y otros.

Escrito por
Pilar G. Almansa

Detalles

Dirección
Precio
6-25 €
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