Nil

Nada tan fácil como abrir una caja. O no. Nada tan fácil como navegar el Nilo. O no. Nada
como la nada. O no. Nil es un título que remite al río sagrado que atraviesa media África hasta desembocar en Egipto. También remite a la palabra nihil, que en latín significa nada. Pero esto no es filosofía ni geografía, es un espectáculo unipersonal con títeres de hilo de la compañía granadina Minusmal, comandada por Raimon Ruiz, el manipulador manipulado. Porque él da vida a un carismático muñeco de enorme cresta punk que se enfrenta al reto de abrir una caja, lo que resulta más complicado de lo que parece. Socarrón e imprevisible, el muñeco se relaciona de tú a tú con su manipulador. El titiritero y la marioneta se enfrentan a muchas situaciones, desde opiniones divergentes, y establecen entre sí una relación muy particular donde la línea entre quién es quién se diluye. “Constantemente nos enfrentamos a situaciones que tenemos que resolver. Como si de un puzle se tratara, buscamos piezas que encajar o intentamos dar con los pasos adecuados para resolverlas. Nil es la metáfora de cada persona enfrentándose a sí misma, con su propia caja que abrir y su propio puzle que resolver”, dice su autor.