El trabajo de la artista y activista Daniela Ortiz (Cusco, 1985) se enarbola a partir de un feminismo decolonial, contra el racismo y el clasismo. Entre el 2012 y 2017 realiza diversas acciones en torno al 12 de octubre, cuestionando las conmemoraciones del Día de la Hispanidad. En 2016, embarazada de su hijo, recibe una transfusión de sangre de un ciudadano español en la performance 'Jus Sanguinis' para denunciar los criterios jurídicos para la concesión de la nacionalidad. 'Esta tierra jamás será fértil miedo haber parido colonos' es la primera revisión antológica sobre su trayectoria y reúne 31 proyectos concebidos a lo largo de la última década. En sus propuestas, transita por las múltiples violencias institucionalizadas hacia la población migrante. Investiga la situación de las trabajadoras domésticas, explora los abusos perpetrados por parte de la Agencia Europea de Control de Costas y Fronteras y por los responsables de retirar la custodia de menores.
Con 'Pinturas de castas' recupera un género pictórico cultivado durante el siglo XVIII que catalogaba las castas y mezclas raciales en los territorios colonizados, como en el caso del virreinato del Perú gobernado por el tirano Manuel de Amat y Junyent, quien mandó, por cierto, la construcción del palacio de la Virreina. El artista emprunte los elementos iconográficos para recriminar la actual normalización del racismo a todos niveles y lo expone justamente en la sala presidida por el retrato del virrey. Ortiz se toma, así, años después, su particular 'vendetta'.