Una insurrección, decir no al poder establecido, es un acto tan natural como un accidente. Del mismo modo que hay pedos telúricos o rabietas meteorológicas. Es un tema bastante amplio a partir del cual el prestigioso filósofo e historiador del arte Georges Didi-Huberman haya construido una especie de discurso con formato de atlas. Un discurso más importante que las imágenes que lo conforman, cambiantes según el lugar donde descanse esta muestra itinerante. En esta ocasión estamos de suerte, Barcelona, la rosa de fuego, lleva la insurrección en su ADN.
Didi-Huberman es el gran intérprete, en versión posmoderna, del atlas de imágenes como metodología iconográfica instaurado por Aby Warburg en el primer tercio del siglo XX. Aquí tenemos 300 obras -vídeo, fotografía, pintura, cartel, escultura ...-, 90 de las cuales proceden de colecciones públicas catalanas: grabados de la Guerra del Francés, carteles y fotografías de la Guerra Civil, reportajes de las manifestaciones durante la Transición, escenas de la Semana Trágica y obras y testimonios de la Comuna de París, en mayo del 68, así como de los lugares que visitará la muestra: la revolución mexicana, las Madres de Plaza de Mayo en Buenos Aires, etc.
Todo ello se articula en cinco grandes secciones, cinco momentos de la revuelta: elementos desencadenantes (meteorología), gestos (brazos en alto, labios que llaman), palabras (carteles, grafitis), conflictos (huelgas, barricadas) y deseos (el esperanza y la continuidad). Una disección de la insurrección como fenómeno a través de la iconografía... Un buen espejo para el catalán cabreado.
Didi-Huberman es el gran intérprete, en versión posmoderna, del atlas de imágenes como metodología iconográfica instaurado por Aby Warburg en el primer tercio del siglo XX. Aquí tenemos 300 obras -vídeo, fotografía, pintura, cartel, escultura ...-, 90 de las cuales proceden de colecciones públicas catalanas: grabados de la Guerra del Francés, carteles y fotografías de la Guerra Civil, reportajes de las manifestaciones durante la Transición, escenas de la Semana Trágica y obras y testimonios de la Comuna de París, en mayo del 68, así como de los lugares que visitará la muestra: la revolución mexicana, las Madres de Plaza de Mayo en Buenos Aires, etc.
Todo ello se articula en cinco grandes secciones, cinco momentos de la revuelta: elementos desencadenantes (meteorología), gestos (brazos en alto, labios que llaman), palabras (carteles, grafitis), conflictos (huelgas, barricadas) y deseos (el esperanza y la continuidad). Una disección de la insurrección como fenómeno a través de la iconografía... Un buen espejo para el catalán cabreado.