Orient Express Cocktail Bar

Para los fetichistas de los trenes, este es vuestro bar. Lo reconoceréis al ver los rieles luminosos que se proyectan de manera hipnótica en la entrada. Para el resto de mortales, el Orient Express también vale la pena para tomar una copa. O más de una. Os sientan en una mesa compartida, donde en medio está la maqueta de un tren que reparte cócteles entre los comensales. Es divertido ver cómo el tren también acaba dando marcha atrás para cargar el datáfono de las tarjetas. La actividad ferroviaria del bar puede ser una excusa para entablar conversación con los de alrededor. O para ponerlo en Instagram y seguir mirando el móvil.

Los camareros van vestidos también como si fueran jefes de estación –no de Renfe, con estilo–. Ofrecen combinaciones originales, buen whisky y cerveza del Poble-Sec. También permiten que te puedas inspirar removiendo unas 80 botellas, que van etiquetadas con el precio del cóctel, para evitar sorpresas. Hoy suenan The Temptations y Freddie King, y tienen algún cóctel que es difícil que le guste a alguien. Ellos mismos lo reconocen y lo sirven con una copa con la cara y melena de Donald Trump. ¡Hay que tener coraje para acabárselo!