Shake It Mama

En el universo de los batidos de moda, el 'smoothie' había ganado rotundamente la batalla: es saludable, nutritivo, 'cool', Gwyneth Paltrow es fan, es vitamínico, rejuvenecedor y tiene poquísimas calorías. Pero todo gran superhéroe debe tener, claro, su antagonista, que a menudo nos acaba cayendo mucho mejor. La historia está llena: desde Batman y Joker hasta Guardiola y Mourinho, y, en el caso de los 'smoothies', paradigma saludable del siglo XXI, ha llegado el 'milkshake' para hacer de capitán Garfio de los batidos, el antagonista perfecto de un Peter Pan'smoothie' que, al final, te acaba dando rabia.

Pero el 'milkshake' no. El 'milkshake' mola. Tiene calorías, grasa, es intergeneracional (al contrario que el elitista 'smoothie', con un 'target' muy reducido pero muy poderoso), y a pesar de que el nombre nos suena a un bluf más recién llegado de EEUU, la verdad es que, si tienes corazón, la combinación de leche y helado servida en un vaso con cañita, gusta a primera vista. Y la idea de sustituir el clásico brebaje verde ortodoxamente 'trendy' por un'milkshake' –en el que la nata es opcional pero evidentemente tú dirás que sí– de, pongamos por caso, Oreo, Ferrero Rocher, leche merengada, nueces o mango, empieza a parecerte la única opción posible.

Y es que a pesar de que aquí el 'milkshake' es un recién llegado, la moda de este batido ha llegado con fuerza desde los Estados Unidos a países como Francia o Italia. De hecho, Juan Carlos, propietario de Shake It Mama, tenía muy claro que sólo era cuestión de tiempo que llegara a nuestro país. Por este motivo, después de muchos años de trayectoria haciendo helados en su establecimiento de Sabadell, decidió abrir en Barcelona este local con 'look' de franquicia y empleados con gorra, abierto a la calle, y especializarse en estos batidos divertidos y deliciosos que parece, y así lo esperamos, que han llegado para quedarse. En invierno, sirven gofres, crepes y otros dulces.