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Que Barcelona es uno de los destinos turísticos más demandados de Europa es un hecho. Desde que el calor hace acto de presencia, la ciudad se convierte en un hervidero de turistas con ganas de devorar el día (y la noche) barcelonesa y aprovechar al máximo las horas. Algunos lo hacen aprovechando la buena oferta cultural de la ciudad: arte, gastronomía, música, teatro... en Barcelona precisamente uno no se aburre. Pero entre los cientos de miles de turistas que cada año visitan nuestra ciudad hay un porcentaje cada vez más alto que viene a hacer 'crawl'. O lo que es lo mismo, aprovechar las pocas horas que pasan en la ciudad para coger las borracheras más descomunales de sus vidas.
Esta moda ya hace unos años que se practica, fomentada directamente por promotores extranjeros (pero también locales) que ofrecen estancias de un par de días en Barcelona para, literalmente, emborracharse hasta reventar. Precios asequibles que previamente pactan con bares y locales de la ciudad para acabar peor que Pipi Estrada un sábado cualquiera en Punto Pelota. Un tipo de turismo que no aporta nada a la ciudad. Ni tampoco, claro, a los propios turistas. Los 'crawl' están convirtiendo el ocio nocturno en Barcelona (y sobre todo en el barrio de Ciutat Vella) en un parque temático de la sangría y el tequila. Un modelo empresarial nocturno que fomenta este tipo de actividades, como bien dice Gala Pin, la nueva responsable del distrito de Ciutat Vella. Pin también ha anunciado que se multará a promotores y bares que colaboren con los 'crawl' y se trabajará desde ya para hacer de Ciutat Vella un barrio más habitable y sano, sobre todo en meses como los que vienen por delante.
No sabemos si multar a promotores y bares será la mejor medida para acabar con los 'crawl', pero lo que sí es cierto es que hay que empezar a actuar ya contra actividades como los 'crawl', que están haciendo de la noche de Barcelona un circo etílico para turistas.