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Que la Barceloneta nunca ha vivido de espaldas al mar es un tema que tienen bien claro todos los vecinos del barrio marinero, que saben que eso de que Barcelona se abrió al Mediterráneo de cara a las Olimpíadas del 92 no va con ellos. Bastante antes de las playas con arena artificial y de la llegada del turismo en masa, los barcelonetinos ya pasaban media vida con los pies en el agua, ya fuese en los populares baños, en los clubs de natación, en los chiringuitos o en las pocas “playas libres” que se abrían entre los establecimientos, y que sólo los buenos conocedores del territorio sabían encontrar.
Si no os lo creéis, podéis ir a ver la exposición “Quan vivíem a la platja”, una muestra surgida a partir del Fondo Fotográfico Popular Barceloneta, en el que muchos vecinos han colaborado aportando imágenes propias para recuperar la memoria gráfica del barrio, y que se puede ver en la Casa Barceloneta 1761, en la calle Sant Carles 6, hasta el 30 de julio.
Niños dormidos en gandulas en la playa que evocan la antigua Escola del Mar, hombres y mujeres con modernos bañadores en los años veinte y treinta, otros disfrazados con trajes de baño de época, bañistas delante del desaparecido Casino de Sant Sebastià, otros más atrevidos que saltaban al agua desde el trampolín que había en la playa y un grupo de hombres haciendo piña ante un cercado de madera para poder ver quien ganaba la carrera de natación, en el Club.
Toda una vida a pie de playa que hacía que los vecinos no quisiesen salir nunca de la Barceloneta, ni siquiera para ir de vacaciones.