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La zona para perros de la playa de Llevant entró en funcionamiento el pasado 19 de julio. Desde entonces han sido muchísimos los usuarios que han disfrutado de este espacio delimitado por una valla donde los perros pueden correr, bañarse, jugar con otros perros o hacer lo que quieran sin que ello implique una multa. O una discusión con aquellos a quienes les molesta que los perros estén en la playa.
La nova àrea per a gossos a la platja de Llevant ja està en funcionament. #PlatgesBCN pic.twitter.com/pxgPfshudL
— Ajuntament de BCN (@bcn_ajuntament) 19 de juliol de 2016
Hoy nos hemos acercado a esta zona para saber qué opinan los usuarios y nos hemos encontrado, primero, con muy pocos animales. Se empieza a notar que las vacaciones se han acabado y que la afluencia de gente es menor. Aún así, cuento unos 20 perros, algunos bastante miedosos que no se atreven a mojarse y otros que se olvidan de todo y solo piensan en nadar y nadar.
Francisco, la primera persona con quien hablamos, ya nos da pistas de cual será el denominador común entre las opiniones de los usuarios de la playa para perros: el espacio es demasiado pequeño. "Ahora está bastante vacía, pero en agosto ha estado insufrible. Deberían haber previsto que esto se llenaría, y así ha sido. Parecíamos ovejas aquí metidos, con lo que comporta de olores y problemas entre perros. Ellos también sufren ansiedad al ver tanta gente y perros. El espacio se queda muy pequeño". Bien, Francisco ha sido el más negativo de todos. Es verdad que cuando uno llega tiene la sensación de estar en una zona pequeña, pero no olvidemos que la playa para perros es una prueba piloto y que a partir de octubre, una vez que el espacio esté ya cerrado, el Ayuntamiento estudiará el caso y decidirá qué hacer y cómo mejorar.
Èlia y Javi, que acompañan a su perro Tito, nos explican que han venido muchísimas veces, y que el espacio está bien pero... es muy pequeño. "Tendrán que ampliarlo, porque está limitado a 100 perros y ya ves, hoy parece que hay muy pocos, pero puedes contar unos 30. Hay días, con la playa llena de perros, que se acumulan más de 40 en la cola, que quieren entrar, con sus dueños, claro. Y hasta que no sale un perro no entra otro. Por la tarde, en agosto, ha sido imposible venir. Nosotros somos partidarios de que habiliten la zona del lado izquierdo del espigón. Hay espacio de sobra y es una zona en desuso". También nos explican que por lo que saben, ha habido quejas de vecinos, a quienes no les gusta que haya perros en la playa. "Les han quitado una parte de la playa y eso les molesta", dicen.
Janela está de vacaciones en Barcelona y ha venido a la playa para perros casi todos los días. "La gente pone la toalla y ocupa mucho espacio. No acaban de entender que es una playa para perros y que si quieres tomar el sol puedes ponerte al otro lado de la valla. La zona está muy bien adaptada, con las duchas y los bebederos, pero es muy pequeña". Hombre, la gracia de venir con el perro a la playa también es que te puedas relajar y tomar el sol, pero la cosa se complica cuando hay gente que está haciendo cola horas y horas para poder entrar, pasando calor y viendo cómo la gente viene a pasar el día y no tiene intención de marcharse. "Hay mucha gente que quiere venir y la solución será hacerla mucho más grande", concluye Janela.
Las dos últimas personas con las que hablamos también añaden una queja que hasta ahora no había salido. La valla que delimita la zona no llega hasta el mar, por lo que los perros pueden 'escaparse'. Nos vamos del espacio con una sensación agridulce, siendo conscientes de que la idea es muy buena, ha gustado a los usuarios y está bien equipada, pero hay que profundizar bien en las opiniones y mejorar de cara al verano que viene. Al volver a la redacción, una última sugerencia: la de María José, jefa de la web y de reportajes de Time Out Barcelona. Usuaria puntual de la playa, explica que las corrientes del mar hacen que aquella zona para perros, al estar justo en la esquina del espigón, acumule mucha suciedad en el agua a última hora del día.
Señores y señoras de Ayuntamiento, ¡tomen nota!