[title]
Dicen los críticos con quienes somos de izquierdas que nos quedamos siempre a los gestos. Detalles para quedar bien. Acciones populistas -¡como odio esta palabra! - para obtener el reconocimiento a corto plazo de la ciudadanía. Pero la verdad es que hay decisiones que cuestan muy poco y que son imprescindibles para la buena salud de la sociedad. Fomentan la diversidad y la igualdad, y más allá de tendencias políticas, deberían ser casi obligatorias para la perfecta convivencia de todos y todas.
El World Pride 2017 de Madrid, además de ser un evento masivo que transformará la ciudad del 23 de junio al 2 de julio, será 'la excusa' para hacer que los semáforos de Madrid experimenten un necesario lavado de cara y muestren, además de las tradicionales parejas hombre-mujer, personas homosexuales cogidas de la mano. ¡Mujeres con mujeres y hombres con hombres, como ocurre en la vida real!
Lo mejor, sin embargo, será que más allá de que la acción sea un guiño de Carmena al World Pride, las 288 nuevas luces en 72 cruces de la ciudad se quedarán de manera permanente en Madrid. Una muestra más del compromiso de la alcaldesa con el colectivo LGTBI a través de actos de inclusión tremendamente necesarios.
En Barcelona, ciudad turística de referencia en el Mediterráneo para el colectivo gay, aún no tenemos estos semáforos, y hoy, cuando he leído la noticia de Madrid, he sentido cierta envidia sana. Me ha llenado de satisfacción, a pesar de estar a más 600 kilómetros de distancia, y no he podido evitar pensar que podríamos copiarlo en nuestra ciudad. Sería un pequeño-gran detalle que a muchos nos haría sentirnos más orgullosos aún de nuestra ciudad.
A veces, marcar la diferencia también está en los pequeños detalles. Detalles que recogen la diversidad y la riqueza de nuestra ciudad. pic.twitter.com/5y4VxCtAgy
— Manuela Carmena (@ManuelaCarmena) 5 de junio de 2017