El Beso de Tortuga del Gin Fizz

Los amantes de las coctelerías conocen el Gin Fizz. Es el antiguo Pablo's. Hace dos años el barman Eduard Arquer se hizo cargo de esta bonita coctelería tras la jubilación del antiguo propietario. Pablo era conocido entre la clientela por sus canapés, las acuarelas que pintaba de los cócteles y unos Gimlets con twist de limón. Eduard le ha plantado cara a los antiguos recuerdos con una larga experiencia como barman, el amor por la buena música y una sonrisa.

De las paredes del Gin Fizz cuelgan grandes músicos de la historia del jazz. Son las fotografías de Django Reinhardt, Billie Holliday y Chet Baker, entre otros, que le han regalado una nueva fisonomía al local. Y es que Eduard también es músico. Toca "el bajo eléctrico y la harmónica", confiesa. No sé si es por este motivo por el que en el logo del Gin Fizz, en el que una efe y una zeta juegan a cabalgarse, no puedo dejar de ver dos notas colgadas la una de la otra.

Eduard, que aprendió el oficio en el Dry Martini y en el Gimlet de la calle del Rec, ha encontrado en el local de la calle del Camp su lugar para ofrecer en lo que cree. Para Eduard, lo esencial es "una copa en buenas condiciones, proporcionada y equilibrada porque se debe respetar siempre el destilado". Aunque reconozca que la copa más pedida es el gin-tonic, el dueño del local es un enamorado de los whiskys, tequilas y rones de calidad para tomarlos solos o como base de la extensa carta de cócteles del Gin Fizz. En consonancia con el nombre del bar, Eduard ha querido especializarse en cócteles fizz. Aunque también le gusta crear combinado de cosecha propia. Ha tomado el nombre del clásico Monkey Kiss (beso de mono) para inventarse uno que tiene mucho éxito entre los clientes, "el beso de la tortuga". No consigo saber los ingredientes, pero rasco una respuesta lacónica: "Está hecho a partir de ron negro, zumo de mango y jarabes", dice.

Lo pruebo y es moderadamente dulce y refrescante. Lo sirve en baso de tubo y una ramita de menta. Si el de la canción lo hubiera probado, cambiaría lo de "cuando besa la española..." por el encanto del beso de este reptil.