El club de la henna

Desde pequeña, Sandra Vivancos se familiarizó con las tijeras, los secadores y los tintes. Ley de vida. Su madre era peluquera. Pero la niña salió curiosa. Con 21 años viajó a la India y allí descubrió que las mujeres utilizaban productos naturales para cuidarse el cabello. Mientras aquí somos esclavas de la química, allí aprovechan los regalos de la naturaleza.

Hace doce años abrió en el Eixample la primera peluquería ecológica de Barcelona. Y quizá también de España. Allí empezó su particular evangelización: convencer a las mujeres de que había otra manera de cuidar su cabello, libre de siliconas, parabenos y aceites minerales. Su fe en esta planta milenaria, que sólo florece una vez al año, la ha llevado a cerrar la peluquería y empezar un nuevo reto: Henna Morena. Es el nombre de la tienda que acaba de estrenar en el Born y también la línea de cosmética capilar inspirada en la henna y sus propiedades mágicas. Ya tengo ganas de poner mi pelo en manos de Sandra. Y es que en Henna Morena, con cita previa, os harán una aplicación de henna, juntamente con un diagnóstico del cabello y la mejor manera de tratarlo.

Un espejo, una silla y dos horas por delante. No se necesita mucho más para entrar en el club de la henna. Sandra prepara una infusión de ortiga y lavanda. La deja reposar cinco minutos. No es para beber si no para mezclarla con la henna, un polvo verde que no es más que las hojas de la planta trituradas. Un regalo.