Cursos para aprender a respirar

¿Respiráis desde el diafragma, desde el intercostal o desde el pecho? ¿Lo hacéis por la boca, por la nariz o utilizando ambos? Inspiramos, espiramos y no somos conscientes ni de cómo lo hacemos. "Vivimos como respiramos y respiramos como vivimos" ¡Zasca! Pues ya va siendo hora de que nos preocupemos un poco por ella, ¿verdad? Trabajarla nos puede ayudar a desbloquearnos, superar miedos y dolores físicos o emocionales, ganar vitalidad y conectar y estar bien con nosotros mismos. Nacemos, crecemos y adquirimos unos hábitos que nos llevan a respirar de una determinada manera. Tranquilos, hay esperanza. "La respiración está viva, podemos aprender y establecer una nueva dinámica. Variar el ritmo y la zona desde donde respiramos según lo que necesitemos en cada momento: estar más tranquilos, activarnos... ". Imaginaos esto: en el trabajo, cada vez que tenéis una llamada, una reunión o tenéis que hablar en público, notáis cómo os cerráis y os bloqueáis y vuestra respiración se vuelve nerviosa. En el momento en que paséis a ser conscientes de qué os pasa, sabréis cómo superarlo. "A través de la respiración traspasamos estos miedos e inseguridades. Son hábitos que se pueden cambiar. Tener miedo a hablar en público no es una verdad absoluta, podemos hacer un 'reset' e integrar una nueva memoria emocional", nos dice Rosa.

De la mano de Silvia hacemos una cata de este taller de respiración consciente integrativa. Primero empezamos sentadas con unos minutos de respiración libre para tomar conciencia de dónde estamos y de nuestra respiración y para trabajar a partir de visualizaciones. Ella nos guía, nos habla de una espiral que cambia de colores y que avanza por nuestro cuerpo. Después, nos estiramos e intentamos respirar desde 3 puntos diferentes: bajo vientre; diafragma e intercostal, y tórax. Desbloqueamos físicamente el cuerpo y llegados a este punto, pasamos a la práctica de la respiración circular. En este caso, nos ponemos por parejas, frente a frente y respiramos por la boca de forma continua: no hay pausas entre la inspiración y la espiración. Debemos poner la intención en la inspiración y en exhalar, debemos hacerlo sin empujar, sin alargarla, soltando el aire. "Cuando respiramos por la boca conectamos con nuestra parte emocional. Hay veces que me dicen: se me han removido muchas cosas, lo he pasado muy mal. Al respirar con lo único que nos encontramos es con nosotros mismos y con nuestra historia interior. Si sufrimos es porque hay algún bloqueo, algún aspecto que nos hace sentir mal y, eso, es lo que queremos segar. Al final, el objetivo es conocer nuestra respiración y que esto nos ayude a sentirnos mejor con nosotros y con nuestro presente", concluye Rosa.

Los yoguis también son unos maestros de la respiración. Si os acercáis a practicar esta disciplina milenaria descubriréis qué es el pranayama. 'Prana' es aire, energía o vida y ‘iama’ significa control. Vaya, son todo el conjunto de ejercicios que hacemos durante una sesión y que nos permiten trabajar la respiración. El pranayama es parte de una clase pero también se puede entrenar de forma independiente. La respiración puede convertirse en una herramienta de relajación. Los ejercicios más utilizados para calmar la mente en época de estrés o para incitar al sueño, son el Savitri y el Nadhi Sodhana. El primero es de respiración rítmica que aporta paz y calma al organismo. El segundo, de respiración alterna, promueve movilizar la energía bloqueada equilibrándonos y proporcionándonos una sensación de bienestar, dicen en Yoga Transforma (Vico, 31). Sin matrícula, este espacio de Sant Gervasi es un estudio familiar y acogedor donde haréis clase en grupos muy reducidos y podréis adaptar la sesión a vuestras necesidades. "Dominar el yoga no significa que puedas hacer las figuras más inverosímiles o aguantar horas en una posición. Lo importante es llegar a conocer al máximo nuestro cuerpo, saber hasta dónde podemos llegar". Allí, en sesiones de yoga suave o dinámico, podréis descubrir algunos de los beneficios del 'pranayama': la mejora de la captación de oxígeno o de la circulación sanguínea, la estimulación del proceso digestivo, el incremento del nivel de energía o el desbloqueo. Lo primero que os dirán, sin embargo, es que respiréis por la nariz. Es la forma más natural de hacerlo y es como se controla mejor la respiración.

Francisco Ruiz también imparte talleres de respiración, en su caso, en la Fundación Oncolliga (Rector Ubach, 5) donde facilitan atención psicológica a las personas diagnosticadas de una enfermedad oncológica y a su familia durante el proceso. "Hay tres palabras clave: relajación, serenidad y lucidez. Cuando llega un nuevo tsunami, se trata de que la decisión que deban tomar la puedan tomar y sientan que toman las riendas de su vida", explica Ruiz. El objetivo es que en medio de este torbellino de emociones encuentren un espacio de autoconocimiento, aprendan dónde están sus límites y asimilan herramientas que les permitan gestionar todo lo que les está pasando. Se ubican en una sala del centro, en una silla o de pie y la idea es que hagan propio todo lo que aprenden para que ya lo lleven con ellos siempre.