Strava: la navaja suiza de las aplicaciones deportivas

Strava es la navaja suiza de las apps del deporte. Hace de todo. En un primer momento es un cronómetro y registra nuestros entrenamientos. Además del tiempo, registra muchos otros parámetros como la distancia, el desnivel, las calorías quemadas, el pulso, el rendimiento, y todo con un GPS integrado para marcarnos posteriormente la ruta. Strava también es una red social, ya que podemos seguir a nuestros amigos para ver sus entrenamientos, hacerles un like o comentarios de envidia y/o admiración (o rabieta, que es lo más habitual). También tiene otras funciones más frikis, y por ejemplo, podemos indicarle el calzado con el que entrenamos y nos avisará cuando tengamos que renovar las bambas, dependiendo de los kilómetros acumulados. Todo es muy fácil e intuitivo y, probablemente, por eso nos gusta tanto.

La gracia de la app, sin embargo, es que va más allá. El súmmum del súmmum son los ‘segmentos’. Para explicarlo de forma fácil, sirve para comparar vuestros esfuerzos con otros usuarios de la app que entrenen por las mismas zonas que vosotros. Tatuaros con fuego la palabra KOM porque a partir de ahora serán vuestras siglas preferidas. KOM o King Of the Mountain, será vuestro diploma virtual para certificar que sois los reyes de un segmento. Que no se os olvide ponerlo en vuestro próximo currículum, con un poco de suerte encontraréis un jefe igual que vosotros y os contratará por picados. En Barcelona, runners y ciclistas compiten entre sí y hay segmentos altamente explotados como el Parc de la Ciutadella o la montaña de Collserola. La última novedad de la app es ‘Strava Local’, que propone las rutas más populares de cada ciudad por si cuando vais de vacaciones no podéis resistiros a salir a rodar un rato.

Si no conseguís marcar récords en ninguno de los segmentos, tranquilos, también podéis competir contra vosotros mismos a través de los retos. Cada mes se proponen nuevos, tanto en materia de ciclismo como de running. Desde algunos sencillos como correr 10 km o pedalear 150 km hasta otros más complicados como acumular 5.000 m de desnivel intentando emular a Kilian Jornet o hacer 1.680 km en bici, o lo que es lo mismo, la mitad de la ruta del Tour de France. En cualquier caso, os podemos asegurar que ayuda a aumentar la motivación y le da una diversión añadida al simple hecho de sumar kilómetros. Completar un challenge, además, nos da derecho a obtener descuentos en material deportivo, así que si alguna vez os cruzáis por la carretera de les Aigües con un mallot de Strava, alerta, podría ser el próximo rey del segmento. ¡A por ellos!